Cómo China 'compra' Europa

  28 Julio 2018    Leído: 1121
Cómo China

Crece la preocupación en Alemania y otros países de Europa Occidental debido a las compras chinas de infraestructura clave en el continente y las inversiones de Pekín en Europa del Este.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, propone a la UE abandonar por completo los aranceles, los subsidios y las barreras comerciales. Y una de las razones "de tanta generosidad" reside en el "decidido avance" de China hacia el mercado europeo, estima el analista de RIA Novosti Vladímir Ardáev, subrayando que a Bruselas le preocupan las compras de infraestructura clave en el continente y las inversiones de Pekín en Europa del Este.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, propone a la UE abandonar por completo los aranceles, los subsidios y las barreras comerciales. Y una de las razones "de tanta generosidad" reside en el "decidido avance" de China hacia el mercado europeo, estima el analista de RIA Novosti Vladímir Ardáev, subrayando que a Bruselas le preocupan las compras de infraestructura clave en el continente y las inversiones de Pekín en Europa del Este.

Creciente interés y creciente preocupación
Según el experto, la República Checa, Hungría, Grecia y algunos otros países europeos "miran con una gran esperanza a China".

De hecho, durante una cumbre celebrada este mes en Sofía en el formato 16+1 (países de Europa Central y Oriental y China) se acordó la construcción de un ferrocarril en Serbia hasta la frontera con Hungría con una longitud de 350 kilómetros y una inversión estimada en 3.800 millones de dólares. "El problema" es que el proyecto formaría parte de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China, por lo que Bruselas "no puede ocultar su preocupación", razón por la que aún no ha aprobado la sección de la carretera, señala el analista.

En los últimos seis años el volumen de inversión directa china en la economía europea ha aumentado casi 22 veces, pasando de los 1.600 millones de euros a los 35.000 millones. Después de que Bruselas endureciera el año pasado los requisitos de inversión para Pekín, esta cifra cayó un 12%, pero solo a expensas de los países de Europa occidental, pues el volumen de negocios entre el gigante asiático y Europa Central y Oriental en el mismo período ha aumentado, apunta Ardáev.

Además, China se ha convertido en los últimos años en propietaria o copropietaria de varios puertos marítimos en Grecia, España, Bélgica, los Países Bajos y Alemania, así como de aeropuertos, sistemas de energía, grandes empresas industriales y agroindustriales.  

En este contexto, "en los círculos políticos de Alemania y de otros países de Europa Occidental crece la preocupación por el hecho de que China esté adquiriendo cada vez más instalaciones de infraestructura estratégica", subraya el politólogo alemán Alexander Rahr.

Dinero contra principios
En primer lugar, China apuesta por invertir en el este de Europa, porque allí hay demanda, aunque también existe otro factor. En Europa del Este "el nivel de verificación de las fuentes de inversión es el más bajo y en algunos países no lo hay en absoluto", mientras que en los países occidentales, "la revisión es muy completa", explica el orientalista Alexéi Máslov.

En general, la forma de Pekín de hacer negocios dista mucho de los principios adoptados en la UE, sostiene Ardáev, que destaca sobre todo la actitud de China hacia los derechos de propiedad intelectual y el hermetismo del país asiático para las inversiones occidentales.  

Ante la pregunta de qué se acabará imponiendo, si los principios o el dinero, Alexanader Rahr tiene claro que será "el dinero", ya que hoy en día "muchos países abandonan las ideas del globalismo por el bien de los intereses nacionales", mientras que "los principios ceden el paso al pragmatismo".

Sea como fuere, China "continúa su avance con insistencia" en el mercado europeo, que se ve facilitado por las guerras comerciales desatadas por Trump, el debilitamiento de la unidad europea debido al problema de la migración, así como las contradicciones entre los países "pobres y ricos" del Viejo Continente, señala Ardáev, para concluir que los intentos de Occidente de "resistir a la embestida de la floreciente economía china son temporales". RT


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