En una reunión a puerta cerrada de la comisión parlamentaria que se encarga de controlar la labor de los servicios secretos, se destacó además que no existe ninguna prueba de que la sustancia А234, utilizada en el ataque contra el exagente y su hija, hubiera sido producida en el territorio ruso.
"El servicio de inteligencia exterior germano [BND] por supuesto, acudió a sus fuentes y trató de confirmar de alguna manera esa información pero no logró hacerlo", aseguró en una intervención en la emisora germana el experto en servicios secretos Michael Götschenberg.
A principios de marzo, Serguéi Skripal, exoficial de inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, de nacionalidad rusa, fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial en Salisbury.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard podría prolongarse por varios meses, el Gobierno británico responsabilizó a Rusia de estar detrás del envenenamiento de los Skripal.
Moscú rechaza las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido informó a mediados de mayo que Serguéi Skripal fue dado de alta del hospital; su hija abandonó el centro médico antes, el 9 de abril.