La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, confirmó el martes que la cena de Iftar —nombre con el que se conoce a la comida nocturna con la que se rompe el ayuno durante el mes sagrado de Ramadán— está programada para la noche de este miércoles en la mansión del presidente de EE.UU. y señaló que a la misma fueron invitadas “de 30 a 40” personas.
Mientras, el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, por sus siglas en inglés) ha anunciado que auspiciará una cena de Iftar alternativa frente a la Casa Blanca, junto a otros grupos de derechos musulmanes y civiles.
Los grupos que se oponen a la cena del presidente estadounidense, Donald Trump, han declarado que su decisión responde al hecho de que las políticas de la nueva Administración estadounidense son racistas e islamófobas.
De acuerdo con el CAIR, el mundo observó “un aumento insólito en la intolerancia contra los musulmanes estadounidenses y miembros de otros grupos minoritarios desde que Trump llegó a la Presidencia con un fuerte discurso antimusulmán, considerándolos responsables del aumento del terrorismo en el mundo”.
En 2017, el inquilino de la Casa Blanca decretó la prohibición total y completa de la entrada de musulmanes a territorio estadounidense y promulgó leyes restrictivas sobre la entrada de ciudadanos originarios de ciertos países musulmanes.
La Administración de Trump anuló la cena de Iftar del año pasado y, debido a ello, tuvo que hacer frente a muchas críticas, pues se saltó una tradición seguida por los más recientes antecesores del magnate republicano en el cargo: William Clinton (1993-2001), George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017).
Ahora, conforme han indicado varios medios locales, muchos musulmanes estadounidenses desconfían del hecho de que Trump quiera celebrar el evento, pues, apuntan, hay que tener en cuenta la retórica del presidente y sus acciones hacia los musulmanes y otras minorías religiosas y étnicas.
HispanTV.es
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