Según el medio, el consumo de bicarbonato de sodio disuelto en un vaso de agua hace que las células cancerígenas sean más susceptibles al tratamiento.
Con el crecimiento del tumor, un gran número de células cancerosas se desconecta del sistema circulatorio y se protege de la quimioterapia. Tampoco reciben oxígeno, por lo que aumenta su acidez, que puede ser neutralizada por el bicarbonato sódico, explican los científicos.
Durante el experimento, los especialistas trasplantaron tumores a ratones. Los animales tomaban agua con bicarbonato sódico, lo que normalizó la acidez y aumentó la actividad de las células enfermas. Por lo tanto, el tumor comienza a responder mejor a la quimioterapia.
"La idea es muy simple. No es ningún medicamento de 100.000 dólares al año. Es literalmente solo bicarbonato de sodio", dijo el autor del estudio, Chi Van Dang.
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