Dimitrios Pagourtzis, el joven acusado de matar a 10 personas en la escuela secundaria Santa Fe High School (Texas, EE.UU.), no tenía a nadie como objetivo específico del tiroteo.
Tras las primeras investigaciones, los abogados Nicholas Poehl y Robert Barfield negaron que el adolescente de 17 años apuntara a alguien en particular durante la balacera que se presentó hace dos semanas, refiere ABC.
Sin embargo, testimonios de los familiares de las víctimas mortales, como el de la madre de Shana Fisher, no avalan esa teoría. Según Sadie Rodríguez, el presunto tirador le disparó a su hija porque la pretendía pero ella lo rechazó "en repetidas ocasiones".
El padre de Pagourtzis ha dicho que su hijo es "un buen chico" que fue sometido a mucha presión y 'bullying' por parte de sus compañeros: "Fue maltratado en la escuela".
Según los juristas, el joven aún no ha sido sometido a una evaluación de salud mental, pero ya se tiene seleccionado el equipo de especialistas que la llevará a cabo. La semana pasada, el presunto tirador afirmó que no recordaba nada de lo sucedido.
Pagourtzis se encuentra recluido en una cárcel del condado de Galveston, en confinamiento solitario. Recibe dos visitas semanales de 20 minutos.
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