"El Gobierno de Nicaragua, reiterando su voluntad de continuar trabajando por el fortalecimiento de la institucionalidad, confirma la renuncia del Presidente del Consejo Supremo Electoral, Dr. Roberto Rivas, y está pendiente de las decisiones que conforme Ley corresponden adoptar a la Asamblea Nacional", consta en el comunicado.
La nota añade que la Secretaría General de la OEA aprecia esta decisión "como una señal hacia la recomposición de la confianza y la armonía democrática en el país".
En diciembre pasado, EEUU extendió a Roberto Rivas las sanciones previstas en la ley Magnistki que busca castigar a funcionarios presuntamente implicados en violaciones de derechos humanos y corrupción a lo largo del mundo.
Con un sueldo oficial de 60.000 dólares al año, Rivas amasó una fortuna que incluye numerosas propiedades, aviones privados, vehículos de lujo y un yate, según los medios, y habría perpetrado un fraude electoral que socava las instituciones de Nicaragua, explicó su decisión el Departamento del Tesoro de EEUU.
La dimisión de Rivas se enmarca en una crisis que dejó un centenar de muertos en Nicaragua desde mediados de abril.
El detonante de las protestas fue el rechazo a las reformas del Seguro Social, y aunque las medidas fueron derogadas por el Gobierno nicaragüense, las manifestaciones en contra del presidente Daniel Ortega, reprimidas por los cuerpos de seguridad, continuaron.
El gobernante Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) sostiene que las protestas forman parte de un "golpe suave" que tiene como fin derrocar a Ortega. Sputnik
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