El presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha dicho este martes que pensaba en reivindicar los derechos del país en el mar del Sur de China, de una manera más fuerte y más violenta, cuando asumió el poder hace casi dos años en 2016, pero decidió no hacerlo, según él, porque ir a la guerra con Pekín hubiera resultado en una gran tragedia.
“No me puedo permitir en este momento ir a la guerra. No puedo entrar en una batalla que no puedo ganar y solo resultará en la destrucción y probablemente muchas pérdidas para nuestras Fuerzas Armadas”, dijo Duterte.
Los críticos denuncian la insistencia de Duterte en no antagonizar a China, incluso después del despliegue de aviones militares de Pekín y la instalación de misiles de crucero antibuques y sistemas de misiles tierra-aire en los arrecifes reclamados por Manila.
En cambio, Duterte culpa a Estados Unidos y a su predecesor, Benigno Aquino III, de no enfrentar las demandas, conforme al actual presidente, excesivas de China en este mar rico en recursos.
HispanTV.es
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