Bluf o cruzada: ¿Es posible una guerra comercial entre China y EE.UU.?

  18 Mayo 2018    Leído: 1899
Bluf o cruzada: ¿Es posible una guerra comercial entre China y EE.UU.?

Donald Trump escogió el momento más inoportuno para enfrentare a China en temas de comercio, asegura un periodista estadounidense.

Al amenazar a China con una guerra comercial en momentos en que necesita la ayuda de Pekín en la disputa con Corea del Norte, para de seguidas desafiar al gigante asiático en Taiwán y en el mar de China Meridional, Donald Trump ha dejado boquiabiertos a los analistas y a su propio equipo de trabajo, señala el periodista estadounidense Dave Lindorff.

El jefe de la Casa Blanca decidió imponer fuertes aranceles a las importaciones desde China y amenaza extenderlos si este último no reduce su superávit comercial con EE.UU. Asimismo, Washington exige al país asiático que suspenda los subsidios industriales previstos en el plan 'Made in China 2025', diseñado para alcanzar la vanguardia en tecnologías avanzadas.

"Está claro que ninguna presión en las negociaciones, ni las amenazas de una guerra comercial, harán a China abandonar su exitoso modelo de planificación estatal, cuando se trata de un objetivo tan grande como el desarrollo de una industria altamente tecnológica que sea capaz de dejar al mundo atrás", indicó el periodista en un artículo para RT en inglés.

Lindorff subraya que pese a la ampulosa retórica de Trump sobre China, un país al que ha descrito como un jugador injusto del comercio internacional, EE.UU. "no está en posición de hacer mucho" al respecto.

De hecho, un exceso de presión sobre China podría resultar un tiro por la culata: diversas industrias estadounidenses, como la automotriz, las comunicaciones y las altas tecnologías, dependen de componentes comprados a suministradores chinos.

En una economía globalizada, donde las cadenas de suministro se extienden por todo el mundo, las sanciones comerciales son una herramienta demasiado roma para emplearla, y pueden perjudicar al sancionador en igual medida que al sancionado.

Asuntos militares y estratégicos
Por si fuese poco, el presidente Trump escogió un momento notoriamente inoportuno para desafiar a China en materia comercial, justamente cuando Washington intenta alcanzar un acuerdo sobre desnuclearización con un vecino y aliado de China, Corea del Norte.

Si EE.UU. ejerce demasiada presión en cuanto al comercio, China –que es en esencia el único socio comercial de Corea del Norte– podría levantar las sanciones que impuso a Pionyang tras la serie de pruebas nucleares y lanzamientos de misiles, y así permitirle al líder norcoreano Kim Jong-un endurecer su postura en las negociaciones con EE.UU.

En otras palabras, "hay un carácter errático y contradictorio en la política de EE.UU. hacia China, tanto en el comercio como en asuntos militares y estratégicos, y no solo en el caso de Corea del Norte sino también con respecto a Taiwán y el mar de China Meridional, dos áreas más de importancia crítica para China", acentúa Lindorff.

En esa región, EE.UU. ha estado llevando a cabo una política agresiva, al proporcionar armas modernas a Taiwán y enviar, provocadoramente, buques militares y bombarderos a zonas cercanas a las bases insulares chinas en el mar de China Meridional.

Indicador bursátil
Según el periodista, hay una señal importante de que toda la retórica sobre una inminente guerra comercial entre EE.UU. y China puede deberse más a un juego de Trump en la política interna de EE.UU. que a un intento de enfrentarse a China en el comercio.

Siempre extremadamente sensible a las relaciones chino-estadounidenses, el índice Hang Seng –en el que se cotizan numerosas empresas estatales chinas o compañías ubicadas en Hong Kong, que dependen en gran medida del comercio entre ambas naciones– creció constantemente en el turbulento primer año de la presidencia de Trump. Y este año, aunque por debajo del máximo alcanzado en enero, registra ya un crecimiento del 5 %.

RT.actualidad


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