La medida, de impredecibles consecuencias, abre una crisis mundial. Y representa una afrenta humillante a la Unión Europea. De nada ha servido que en los últimos días el presidente francés Emmanuel Macron, la canciller Merkel y el jefe de la diplomacia británica hayan acudido en tropel a la Casa Blanca para intentar convencer a Trump de que no cometiera el error de abandonar el plan nuclear. Washington ha hecho oídos sordos a Europa -como en tantas otras cosas- y el republicano ha dejado bien claro que no engañaba cuando en la campaña presidencial prometía abrazar el aislacionismo y abandonar el papel de gendarme responsable en la escena internacional que EEUU ha venido manteniendo en las últimas décadas. Irónico resulta que estemos ante un dirigente que sí cumple algunas de sus promesas electorales, cuando en este caso la realpolitikrecomendaba lo contrario por el bien mundial y por el interés, antes que nada, de los propios estadounidenses.
El acuerdo nuclear no era el ideal. Y, de hecho, ya se estaban realizando esfuerzos para intentar abordar cuestiones como el programa balístico de Teherán que, como es lógico, preocupa mucho en la región. Pero era un buen punto de partida. Trump estaba en su derecho de intentar presionar desde dentro del pacto para reformarlo, en línea de lo prometido por Macron. Sin embargo, con esta abrupta salida, hiere prácticamente de muerte el plan y, por más intentos desesperados que haga la UE para mantenerlo, lo más probable es que la República Islámica vuelva a las andadas y reanude su programa de enriquecimiento de uranio. Eso desembocaría en una carrera armamentística y en la proliferación nuclear en la zona más caliente del planeta.
Si para la paz y la seguridad estamos ante una pésima noticia, también serán nefastas las consecuencias económicas. Se espera una escalada de precios de los hidrocarburos y las grandes empresas se verán afectadas por la reimposición de sanciones a Teherán. Pacta sunt servanda -lo pactado obliga- es un principio básico en las relaciones internacionales. Trump lo ha roto y devalúa así la credibilidad exterior de Estados Unidos, en víspera además de otra negociación atómica, en este caso con el líder norcoreano. Que hoy tiene motivos para pensar que un acuerdo con Trump vale lo que vale, que no es mucho.
www.elmundo.es
Etiquetas: