El año nuevo persa, el equinoccio de primavera, es una festividad que se celebra en muchos países y forma parte del patrimonio cultural de la Humanidad.
En Azerbaiyán, sólo en su capital se han organizado más de un centenar de actividades para celebrar Novruz, esta fiesta de la primavera de origen persa.
No lejos de Bakú, encontramos una maravilla de la naturaleza: Yanar Dagh o Montaña de Fuego, una colina en llamas alimentadas por el gas natural que se filtra por sus flancos.
Durante miles de años, la tierra del fuego ha sido un crisol de culturas y religiones. A lo largo de su historia, los azerbaiyanos han seguido celebrando el culto al fuego de sus antepasados.
Antes de la llegada del cristianismo y del islam, el zoroastrismo era la religión principal de la zona. El Templo de Fuego fue testigo de la época dorada de esta creencia.
Novruz, como celebración multiétnica de la primavera, ha sido incluido por la UNESCO en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En la víspera del equinoccio, se encienden hogueras en todos los pueblos y ciudades.
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