Protestas en la Zona Verde de Bagdad

  02 Mayo 2016    Leído: 369
Protestas en la Zona Verde de Bagdad
Irak bordea el precipicio un día después de que cientos de partidarios del clérigo chiíMuqtada al Sadr penetraran la fortificada Zona Verde de Bagdad e irrumpieran en el Parlamento.

Después de que el primer ministro chií Haidar al Abadi visitara el Hemiciclo y ordenara la detención de los manifestantes involucrados en el asalto en mitad una de las peores crisis políticas desde la invasión estadounidense en 2003 con un tercio del país en manos del autodenominado Estado Islámico, (que ha reivindicado este domingo un doble y sangriento atentado suicida en el sur de Irak), a última hora de este domingo el comité organizador de la sentada instó a sus acólitos a retirarse de la fortificada área internacional de Bagdad.

El portavoz de la comisión, Ijlas al Obeidi, amenazó con regresar el martes, una vez concluida una festividad religiosa, si el Parlamento no vota en una única sesión un nuevo Gabinete formado por tecnócratas que sepulte el sistema de cuotas y líneas sectarias diseñado por EEUU que ha dominado la escena política desde el ocaso de Sadam.

Si las demandas no son satisfechas, los manifestantes reclamarán la dimisión del primer ministro, al Abadi, y el presidente del Parlamento, el suní Salim al Yaburi, y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Poco antes, los leales a Al Sadr, que ayer tomaron durante varias horas el Parlamento después del aplazamiento por falta de quórum de una sesión que debía nombrar a cinco nuevos ministros, habían trasladado su protesta a la plaza de Al Ihtifalat (Celebraciones, en árabe), una explanada ubicada en plena Zona Verde y usada para acoger desfiles militares y actos oficiales. La insólita imagen de cientos de indignados ondeando banderas o tomándose fotos entre las bancadas del Hemiciclo llevó a las fuerzas de seguridad a declarar el estado de emergencia en la capital.

En plena escalada de las desavenencias políticas -alentadas por la corrupción, el sectarismo y las resistencias contra el plan de reformas gubernamentales anunciado el pasado agosto por Al Abadi- el primer ministro se reunió antes con el presidente iraquí, el kurdo Fuad Masum, el presidente del Parlamento, el suní Salim al Yaburi, y representantes de los principales partidos políticos para tratar de hallar una salida.

Desafío en Irak

"Es uno de los mayores desafíos que ha afrontado Irak. Que los manifestantes se internaran en la Zona Verde [un área blindada que acoge la mayoría de los edificios estatales y las embajadas extranjeras] representa una escalada sin precedentes", señala a EL MUNDO el politólogo iraquí Ahmed Ali.

Desde hace meses Al Sadr, que emergió tras la invasión de 2003 y se convirtió en un quebradero de cabeza para EEUU, ha exigido la constitución de un "Gobierno de tecnócratas" agitando los cimientos del sistema político iraquí. "No creo que sus acciones puedan calificarse de golpe de Estado. Lo que busca Al Sadr es controlar la agenda política y presentarse como un hombre clave del escenario que sucederá a la derrota del Estado Islámico", opina Ali, confiado en que la única ruta para salir del atolladero pasa por "pacificar la Zona Verde y aplicar las reformas" a pesar de que exista "toda una estructura política que no quiere cambiar".

"Todos los ministros deben ser relevados", voceó este sábado Al Sadr en un discurso desde la ciudad santa de Nayaf, en el sur de Irak, horas antes de un episodio que desvela el derrumbe del sistema malherido por las cuitas sectarias y la incierta batalla contra el autodenominado Estado Islámico, que controla un tercio del país. Según el recuento hecho público este domingo por la misión de la ONU en Irak, al menos 742 iraquíes -410 de ellos, civiles- perdieron la vida el mes pasado como consecuencia de la violencia que se registra en el país.

La crisis también ha devuelto a primera línea al ex primer ministro Nuri al Maliki, un chií al que muchos acusan de haber alentado las políticas sectarias y la marginación de la población suní explotada luego por el grupo yihadista para su rápida expansión por el norte y oeste del país. En un comunicado, Al Maliki ha subrayado que la actual coyuntura, con incluso "amenazas de asesinato" contra algunos diputados, impide al Parlamento someter a votación y aprobar "una reforma total o parcial que resulte legalmente válida".

Las arremetidas políticas se suman a los zarpazos de los yihadistas. Un doble atentando con coche bomba ha segado la vida este domingo de al menos 32 personas y herido a otras 75 en el centro de Samawa, a unos 230 kilómetros al sur de Bagdad y en un provincia de mayoría chií. El primer suicida se ha inmolado en las inmediaciones de un edificio gubernamental mientras que el segundo ha sembrado el terror a las puertas de una estación de autobuses. El balance de los ataques, reivindicados por el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés), podría aumentar en las próximas horas.

A última hora de este domingo el comité organizador de la sentada instó a sus acólitos a retirarse de la fortificada área internacional de Bagdad. El portavoz de la comisión, Ijlas al Obeidi, amenazó con regresar mañana martes, una vez concluida una festividad religiosa, si el Parlamento no vota en una única sesión un nuevo Gabinete formado por tecnócratas que sepulte el sistema de cuotas y líneas sectarias diseñado por EEUU que ha dominado la escena política desde el ocaso de Sadam. Si las demandas no son satisfechas, los manifestantes reclamarán la dimisión el primer ministro, el chií Haidar al Abadi, y el presidente del Parlamento, el suní Salim al Yaburi, y la convocatoria de elecciones anticipadas.

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