"Es hora de salir a la calle para movilizarnos contra el machismo, el racismo y el capitalismo patriarcal; en este 8 de Marzo estaremos en las avenidas, calles y plazas luchando contra las políticas golpistas de (presidente) Michel Temer y del Congreso conservador", dice el inicio del manifiesto de la Marcha de las Mujeres, organización internacional que en Brasil aglutina a parte del movimiento feminista.
Las movilizaciones tendrán como trazo local el rechazo al "desmonte" del Estado y de las políticas para frenar la violencia contra las mujeres y a la intervención militar en el estado de Río de Janeiro (sureste), donde la seguridad pública quedó en manos de las Fuerzas Armadas.
"El 8 de Marzo abrirá una intensa jornada de luchas en 2018, un año que será de mucha resistencia política", añade el manifiesto, en relación a las elecciones generales que tendrán lugar en octubre.
Las principales manifestaciones están convocadas para horas de la tarde en ciudades como Brasilia, São Paulo, Río de Janeiro, Recife, Natal, Curitiba, Belo Horizonte y Salvador de Bahía.
El movimiento feminista en Brasil resurgió con fuerza en 2015 a raíz de la fuerte repercusión de la campaña en línea #MiPrimerAsedio, cuando miles de mujeres narraron en las redes sociales la primera vez que sufrieron violencia machista y cómo, en muchos casos, no se dieron cuenta de que aquello era violencia.
En esa misma época el entonces presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha (ahora preso por corrupción) propuso un proyecto de ley que dificultaba la atención a las víctimas de violaciones y el acceso a la píldora del día siguiente.
A partir de este y otros intentos de imponer normas de corte conservador Brasil albergó notorias manifestaciones feministas entre octubre de 2015 y principios de 2016, periodo que pasó a ser conocido como "Primavera de las mujeres".
Más recientemente el debate se reavivó cuando un grupo de 18 diputados varones consiguió que una comisión de la Cámara de Diputados aprobara una medida que pretendía prohibir el aborto en todos los casos, incluyendo la violación.
En la actualidad la legislación brasileña permite el aborto en tres supuestos: anencefalia del feto, violación y riesgo para la vida de la madre.
Al margen de banderas tradicionales del movimiento, como el fin de la brecha salarial o la despenalización del aborto, las feministas brasileñas también protestarán contra la falta de estructuras del Estado para luchar contra la violencia machista.
En promedio 12 mujeres son asesinadas cada día.
En 2017 esas muertes sumaron 4.4473 homicidios, de los cuales 946 fueron catalogados como feminicidios, asesinatos de mujeres por su condición de género.
Los datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública muestran un aumento del 6,5% respecto de 2016, cuando se registraron 4.201 homicidios y 812 feminicidios.Sputnik
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