Así se desprende de una investigación que ha llevado a cabo la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), cuyos resultados muestran que el consumo de alimentos bajos en calorías permite comer más sin engordar. La persona se siente más saciada al haber disfrutado de una ración grande, lo que ayuda a evitar las tentaciones de comida más calórica.
“Si eliges alimentos altos en calorías pero restringes la cantidad que estás comiendo, las porciones serán demasiado pequeñas y es probable que tengas hambre”, explica Faris Zuraikat, uno de los miembros del equipo.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos reclutaron tres grupos de mujeres: 34 con sobrepeso, 29 con peso normal y 39 que habían participado en programas de adelgazamiento previamente.
A algunas de ellas les enseñaron estrategias para controlar las porciones de comida y seguir una dieta saludable, y a otras no. Durante un mes, las voluntarias asistieron al laboratorio una vez por semana y el equipo les daba los mismos alimentos, pero cambiando el tamaño de la porción en orden aleatorio.
Los científicos observaron que cuando daban a las participantes porciones más grandes, en los tres grupos comían mayor cantidad. Eso sí, quienes habían recibido formación relacionada sobre cómo controlar la ingesta con porciones de mayor tamaño, eligieron los alimentos con menor densidad calórica, por lo que comieron más engordando menos que las demás mujeres.
Durante un mes, las voluntarias asistieron al laboratorio una vez por semana. Foto: Pixabay
“El estudio respalda la idea de que comer menos alimentos ricos en calorías y más alimentos nutritivos y bajos en calorías puede ayudar a controlar el hambre mientras se consumen menos calorías”, afirma Barbara Rolls, profesora de la Universidad Estatal de Pensilvania.