La intoxicación por proteínas, que incluye síntomas como náuseas, diarrea y —potencialmente la muerte—, proviene de la acumulación de la urea, que se genera después de convertir las proteínas en glucosa para obtener energía en el hígado.
Lo más peligroso es comer carne de conejo. Su nivel de grasa es tan bajo que el cuerpo recurre a quemar la suya, junto con la proteína.
Otro posible asesino es la falta de vitamina C, ya que los humanos son unas de las pocas criaturas que no pueden producirla por sí mismos. La falta de esta, puede causar escorbuto, cuyos síntomas incluyen moretones y fáciles hemorragias e incluso cambios en la personalidad que con el tiempo pueden conducir a la muerte.
Una forma de resolver esto es comiendo carne cruda, ya que es la alta temperatura la que destruye la vitamina C. Sin embargo, esto podría provocar algunas enfermedades bacterianas muy desagradables.
¿Pero cómo sobreviven los inuit de Canadá que se alimentan casi solamente de carne? Bien, pues comen hígado, que contiene vitaminas D y A, y pescado azul por sus ácidos grasos omega-3. Asimismo, sus organismos han evolucionado para convertir las proteínas en glucosa al tener un hígado más grande y un mayor volumen de orina para eliminar más urea.
Sputnik
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