Crystal VanLeeuwen, coordinadora médica de la unidad de emergencias de MSF en Bangladés, dijo el jueves que había logrado proporcionar antitoxinas a solo alrededor de 12 pacientes diariamente debido a la falta de médicos capacitados. “Una vez que tenemos suficiente gente y otras organizaciones comienzan a administrar también, podemos entrar en una situación en la que ya no tenemos suficientes antitoxinas”, dijo Leeuwen.
La organización advierte que el brote de difteria, una enfermedad bacteriana largamente olvidada en el mundo, se sigue propagando en los campamentos de los rohingyas, donde más de 655.000 refugiados rohingyas viven en situaciones miserables.
Estos casos de difteria “se suman a un brote de sarampión en curso, además de la enorme carga de necesidades de salud generales y de la emergencia que supone atender a esta gran cantidad de personas”, alertó el jefe de la misión de MSF en Bangladés, Pavlo Kolovos.
El funcionario advirtió además, sobre el brote de nuevas enfermedades entre los refugiados debido a la falta de “agua potable y en las condiciones deficientes de higiene”.
Una vez que tenemos suficiente gente y otras organizaciones comienzan a administrar también, podemos entrar en una situación en la que ya no tenemos suficientes antitoxinas”, dijo Crystal VanLeeuwen, coordinadora médica de la unidad de emergencias de MSF en Bangladés.
La sistemática represión llevada a cabo por el Ejército birmano y los extremistas budistas contra la minoría rohingya ha causado el éxodo masivo de esta población hacia el vecino Bangladés. MSF denunció recientemente que más de 6700 rohingyas, incluyendo 730 niños de menos de cinco años, murieron tan solo en el primer mes de la represión (iniciada en agosto).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó de “limpieza étnica” el trato que da Myanmar (Birmania) a los rohingyas, y pidió, mediante una resolución, al Gobierno birmano poner fin a la sangrienta campaña militar contra esta comunidad perseguida.
HispanTV.es
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