Recientemente se dio a conocer un informe secreto de la Armada que describe deficiencias encontradas en el equipamiento del submarino. El documento tiene fecha del 20 de diciembre de 2016 y demuestra que la Armada sabía que el submarino fue reparado con material inadecuado. Esta situación fue posiblemente la razón por la que el ministro de Defensa, Oscar Aguad, decidió desplazar al almirante Marcelo Srur como jefe de la fuerza el viernes pasado.
Aguad designó este lunes al almirante José Luis Villán como nuevo jefe de la Armada. Es probable que Srur hubiera conocido los resultados que mostraban la limitación en la vida útil de las baterías del submarino, sospechadas de haber causado una explosión. Fueron esos reservorios de energía los que, según el capitán de fragata Pedro Martín Fernández, al mando del submarino, fallaron.
La filtración del informe coincide con la ampliación del temario de las sesiones extraordinarias del Congreso por parte del presidente Mauricio Macri, quien incluyó “proyectos relacionados a esclarecer lo ocurrido al Submarino ARA San Juan” mediante un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial.
También coincide con la demanda presentada el viernes pasado por la diputada Elisa Carrió, en la que acusa a funcionarios del Gobierno anterior de hechos de corrupción que incluyen acciones y omisiones graves durante la reparación del submarino. La denuncia incluye delitos como administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública, cohecho (coimas), tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, peculado, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La denuncia también solicita que se investigue a “las autoridades de la Armada Argentina” que participaron de esa trama. El arreglo de media vida del ARA San Juan insumió cinco años cuando la previsión inicial era solo de dos. El informe de la Armada aclara que los arreglos terminaron mal hechos y es este punto el eje central de la denuncia.
“Durante las reparaciones de media vida se utilizaron materiales no adecuados o de baja calidad en sistemas sometidos a la acción del agua de mar y presión hidrostática”, describe el documento. Advierte además sobre varias deficiencias específicas que en aquel entonces presentaba el submarino. Por ejemplo, que existía una entrada de agua, que no contaba con las “señales pirotécnicas” que pueden usar los submarinos en situación de emergencia, y dos balizas obsoletas “cuya frecuencia de emisión no es compatible con el actual sistema de comunicaciones”. La justicia deberá determinar si esos elementos se incorporaron en 2017 en la reparación del submarino.
La denuncia de Carrió incluye también un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), firmado en mayo de 2016, en donde se menciona que hay “un significativo desfasaje financiero entre el monto inicial proyectado para la obra y el real incurrido por todas las tareas adicionales que fueron agregadas”. Se presume que el documento lo filtró la misma diputada al diario Clarín, medio que ayer lo publicó y aseveró que se intentó ocultar a la Casa Rosada. El informe ya está en manos del juez Sergio Torres y en la fiscalía de Andrea Mangano. Hasta el momento la Armada no ha hecho ninguna mención al respecto.TRT
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