Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) los niveles recomendados de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) deberían situarse por debajo de los 25 microgramos por metro cúbico. No obstante, solo en la capital iraní los niveles de PM2,5 sobrepasaron los 185 microgramos por metro cúbico durante el pasado fin de semana.
En consecuencia, las autoridades persas recomiendan a ancianos, niños y embarazadas a permanecer en casa hasta que la ola de contaminación remita. Al resto de la población se le ha sugerido el uso máscaras en lugares expuestos a la polución.
El déficit de transporte público en el país, el acelerado desarrollo automotriz y un fenómeno natural denominado 'inversión térmica' conllevan a que el ciclo de contaminación se repita durante cada invierno en Irán. Las corrientes de aire caliente bloquean el escape de humo, dejando la ciudad inmersa en una contaminación derivada por más de 8 millones de vehículos automotores y diversas industrias.
Por su parte, la población iraní ha señalado al Gobierno como principal responsable debido a la ausencia de políticas efectivas de trasporte público y energías renovables. "No queremos más petróleo. Queremos aire limpio para el futuro de nuestros hijos, Teherán se está asfixiando pero cientos de miles de autos se fabrican cada año", declara Hossein, un ciudadano iraní, a AFP.
Por su parte, el alcalde de Teherán, Mohammad Ali Najafi, manifestó el pasado octubre su voluntad de reforzar el transporte público y reducir el tráfico, aunque advirtió que estas medidas tomarán tiempo.
RT.actualidad
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