"Los australianos han hablado y han votado abrumadoramente 'sí' por el matrimonio igualitario", dijo nada más conocerse los resultados el primer ministro del país, Malcolm Turnbull, favorable a la legalización de este tipo de bodas.. "Votaron 'sí' por la justicia, votaron 'sí' por el compromiso, votaron 'sí' por el amor". Ahora nuestra parte, aquí en el Parlamento, es aceptarlo, hacer el trabajo y hacerlo antes de Navidad", añadió.
El resultado de hoy abre la puerta para que el Gobierno de coalición conservadora permita la presentación en el Parlamento de un proyecto de ley para reformar la Ley de Matrimonios de 1961, que fue enmendada en 2004 para precisar que esta unión es exclusiva entre un hombre y una mujer. Según reconoció el propio Turnbull, el triunfo del 'sí' servirá para presionar a los legisladores conservadores que se oponen a este trámite, muchos de los cuales pertenecen a su propia formación, el Partido Liberal.
El resultado fue recogido con gran alborozo por las miles de personas congregadas en lugares públicos de diferentes ciudades de todo el país, que lo celebraron bandera arcoiris en mano con gritos, aplausos, bailes y champán. "No importa como queramos vivir nuestra vida, debemos vivir como personas iguales en este país", gritó la actriz Magda Szubanski a la multitud reunida en el parque Príncipe Alfredo de Sídeney.
"Este es nuestro momento de mayor orgullo como australianos homosexuales y lesbianas", subrayó Chris Lewis, un artista de 60 años también presente en el parque, a los medios locales. "Finalmente puedo estar orgulloso de mi país". Figuras públicas del país como el campeón olímpico de natación, Ian Thorpe, y la cantante Sia o internacionales como el ex premier británico, David Cameron, o el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, también tomaron las redes sociales para felicitar a los australianos y mostrar su alegría por los resultados.
Por su parte, los partidarios del 'no' -aglutinados en torno a los políticos conservadores como el ex primer ministro Tony Abbott y las agrupaciones religiosas- han expresado su pesar por la decisión tomada por la ciudadanía, aunque aseguran que la respetarán. "Aceptamos la decisión democrática", afirmó Lyle Shelton, un activista cristiano que se ha erigido en uno de los defensores más populares del 'no'. "Millones de australianos siempre creerán la verdad sobre el matrimonio, que es entre un hombre y una mujer", apostilló.
Además de por su alto costo, la campaña no ha estado exenta de momentos de polémica, con pintadas en las paredes y gritos en actos públicos. Mientras que los defensores del matrimonio gay centraron su discurso en la igualdad, sus detractores pusieron el énfasis en la definición de la familia, en la educación en las escuelas y en la protección de aquellos que no reconocen este tipo de uniones.Ahora, el gobierno del primer ministro Turnbull tendrá que elegir entre dos propuestas. La primera es la de Dean Smith, senador homosexual del Partido Liberal que el martes apuntó que creía tener los votos necesarios para que su proyecto fuera aprobada por el Senado. Para el ministro de Finanzas, Mathias Cormann, este texto es "un buen punto de partida" pero, a su parecer, requiere de "protecciones religiosas adicionales".
La segunda es del conservador James Paterson, también senador del Partido Liberal, que presenta un proyecto de ley con protecciones religiosas más robustas y que busca proteger a aquellos proveedores de bienes y servicios que rechacen atender a parejas del mismo sexo sin tener que enfrentarse a acciones legales por ello.
Australia no es la primera nación del mundo en recurrir a un referendo popular para decidir sobre esta cuestión. En 2015, Irlanda fue el primer país en legalizar mediante votación popular este tipo de uniones, un resultado que fue negativo ese mismo año en Eslovenia. En EEUU, numerosos estados prohibieron el matrimonio gay en referendos y no fue hasta 2012 cuando se aprobaron los primeros por esta vía (Maine, Maryland y Washington). En 2015, la Corte Surprema legalizó estas bodas para todo el país.
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