“Los datos preliminares de una estimación llevada a cabo la semana pasada en el campo de Kutupalong, en Cox's Bazar, Bangladés, reveló una tasa de 7,5 % de malnutrición aguda severa potencialmente mortal”, dice un comunicado de Unicef.
“Es una tasa dos veces mayor a la observada entre los niños rohingyas en mayo de 2017”, añade la nota del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
Cerca de 900.000 musulmanes rohingyas de Myanmar (Birmania) viven en condiciones deplorables en campos de refugiados en el sur de Bangladés. De ellos, 600.000 han llegado al país desde agosto, huyendo de los enfrentamientos en Birmania que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera una “limpieza étnica”.
“Acabo de llegar de Bangladés y es algo que se ve realmente y en especial en la frontera. La situación de estos niños que siguen llegando es preocupante”, dijo el portavoz de Unicef, Christophe Boulierac, en una comparecencia de prensa en Ginebra.
Unicef tampoco se esperaba una tasa tan elevada de malnutrición severa en el campo de Kutupalong, que es más antiguo que los otros y tiene infraestructuras de mejor calidad. Unicef y otras organizaciones ya están tratando a más de 2000 niños malnutridos en quince centros y quieren abrir otros seis más.
HispanTV.es
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