La investigación, llevada a cabo por economistas, explica que en 2015 los jóvenes estadounidenses de entre 31 y 55 años trabajaron al año 163 horas menos que en el año 2000. En cuanto a la franja entre los 21 y los 30 —es decir, jóvenes que han nacido ya con las tecnologías-, la misma diferencia es aún mayor: 203 horas al año menos.
Erik Hurst, responsable de la investigación, cree que desde 2004 los videojuegos son responsables de reducir la cantidad de horas de trabajo que los jóvenes realizan al año entre unas 15 y 30.
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio observaron de qué forma las personas que de repente tienen tiempo libre utilizan sus horas de ocio. Seguidamente estimaron cómo el aumento del tiempo dedicado
La diferencia en la lógica utilizada en este estudio estriba en que los otros estudios giran en torno a la pregunta de por qué nadie contrata a empleados jóvenes. Hurst decidió preguntarse por qué los jóvenes no quieren trabajar.
Entre 2004 y 2015, el tiempo para ocio del que disfrutaban los jóvenes creció 2,3 horas a la semana. Un 60% de ese tiempo, tal y como indica el estudio, fue empleado en jugar a videojuegos.
El estudio también indica que estos datos corresponden a los hombres jóvenes y no a las mujeres, y que estas, a diferencia de los primeros, vieron incrementado su tiempo libre unas 1,4 horas a la semana durante el mismo periodo a la vez que el porcentaje utilizado de este tiempo a los videojuegos resultaba ínfimo.
El análisis no incluía actividades como utilizar Facebook y Snapchat o navegar por Internet. El tiempo destinado a estas actividades, se dice en el estudio, no ha crecido mucho en comparación al empleado en videojuegos.
Ciertos economistas se muestran escépticos, explica el periódico, ante los resultados del estudio y argumentan que las horas totales de trabajo de países donde los videojuegos son muy populares, como Japón, no han seguido la misma suerte.
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