Algunas de las zonas de esta inmensa isla (cuatro veces mayor que España) superaron en 2015 los récords de temperaturas y de deshielo de los últimos 100 años; y ahora un estudio liderado por expertos de las universidades de Sheffield (Reino Unido) y Columbia (Estados Unidos) presenta la primera evidencia que relaciona la fusión del hielo en Groenlandia con los efectos esperados por la denominada ‘amplificación ártica’.
Los climatólogos utilizan la expresión amplificación ártica para referirse al conjunto de procesos que hacen que las temperaturas hayan aumentado durante las últimas décadas alrededor de dos veces más rápido en el Ártico que en las latitudes medias].
Retroalimentación negativa
Una de las causas de este fenómeno parece ser la retroalimentación entre cambio climático y deshielo. Así, el aumento de las temperaturas derrite el hielo del Ártico y deja al descubierto una mayor superficie marina, que es más oscura que el hielo y por tanto absorbe más radiación solar y se calienta más rápidamente.
El estudio que se publica esta semana en la revista Nature Communications muestra datos que parecen confirmar que la amplificación ártica está alterando también la corriente en chorro en el hemisferio norte. La corriente en chorro (del inglés jet stream) es un flujo o canal de aire que se desplaza de forma oscilante -en este caso, al sur del Ártico- y que tiene mucho impacto en las condiciones meterológicas en Europa y las zonas norte de Ásia y América.
Edward Hanna, profesor de Cambio Climático en el Departamento de Geografía de la Universidad de Sheffield y coautor del estudio presentado ahora, destaca que sus resultados muestran la relación entre el calentamiento del Ártico, la perturbación de la corriente en chorro y el deshielo en Groenlandia.
”El estudio [publicado esta semana] está estrechamente vinculado con el trabajo en curso realizado en la Universidad de Sheffield, que analiza la relación entre el cambio climático del Ártico y los fenómenos meteorológicos extremos en todo el hemisferio norte”, y en especial en zonas densamente pobladas como Europa y Norteamérica.
Otro de los coautores del estudio, el profesor Marco Tedesco, del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, destaca que todos los elementos estudiados están estrechamente relacionados y tienen efectos globales. “La pérdida de hielo marino está impulsando los cambios en la corriente en chorro y, a su vez, la corriente en chorro está cambiando Groenlandia; y esto también tiene su impacto en el clima del Ártico y el clima global; estamos ante un sistema fuertemente interconectado y tenemos que estudiarlo como tal”, explica Marco Tedesco.
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