La práctica totalidad de la colección se encontraba en un subterráneo prestado por las autoridades de la ciudad durante las obras de renovación del museo, iniciadas hace siete años. Las obras se encontraban en una caja fuerte dotada de una puerta blindada, pero no hermética, por la que se terminó infiltrando el agua. Al abrir las compuertas, el pasado viernes, el personal del museo descubrió la catástrofe. “Después de bombear la cámara durante dos días, descubrimos que las obras habían pasado 48 horas sumergidas en el agua, porque la inundación había alcanzado el techo. Fue una visión apocalíptica. Apenas empezamos a recuperar el aliento”, ha explicado una portavoz del museo, Claire Hansen-Béales.
Solo dos centenares de obras quedaron a salvo del temporal, porque estaban siendo restauradas fuera del museo o se encontraban en préstamo a otros centros de arte. Entre otros, algunos lienzos de la pintora neoclásica que da nombre al museo, Anne-Louis Girodet, como El sueño de Endymion o Retrato del doctor Trioson, así como otras dos en préstamo al Museo Marmottan en París. El estado de las obras es crítico, pero la mayoría podrán ser restauradas, según una primera evaluación. “Por ejemplo, el cuadro de Zurbarán salió del depósito en pésimo estado, pero los restauradores nos aseguran que no habrá problema en recuperarlo. Eso sí, el coste de la restauración va a ser enorme”, afirma Hansen-Béales, que lo calcula en “cientos de miles de euros”. Para sufragar los gastos, la Sociedad de Amigos del museo ha lanzado una campaña de financiación participativa, con un objetivo inicial de 30.000 euros.
Pérdidas millonarias
Mientras tanto, el Louvre y el Museo de Orsay han reabierto sus puertas tras pasar cuatro días cerrados al público. Ninguno de los dos museos ha sufrido desperfectos y sus colecciones permanecen intactas, pero ambos han anunciado pérdidas considerables. El Louvre habría perdido 1,5 millones de euros al dejar de acoger a unos 120.000 visitantes, según datos de Le Monde, mientras que el Museo de Orsay ha estimado las pérdidas en 200.000 euros.
Otros espacios culturales pegados al Sena también se han visto perjudicados por el temporal, el mayor desde hace 30 años. La Biblioteca Nacional de Francia, cerrada desde el viernes, ha perdido unos 25.000 euros, mientras que el Grand Palais, que también cerró durante el fin de semana, dejó de ingresar unos 50.000. En el valle del Loira, por lo menos cuatro monumentos históricos se han visto perjudicados por la lluvia torrencial. Entre ellos, el castillo de Chambord, patrimonio mundial de la Unesco, que ha hecho otro llamamiento al crowdfunding para compensar las pérdidas sufridas.
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