Los estudios existentes hasta la fecha solo eran capaces de mostrar las consecuencias del estrés a través de los análisis de sangre. En realidad, estas pruebas solo recogían la reacción del organismo al proceso oxidativo. Ahora, los científicos rusos y finlandeses aseguran que con su nueva tecnología se podrá detectar y prevenir el estrés cuando esté en la etapa inicial.
Durante su estudio, los científicos examinaron pequeños crustáceos malacostráceos denominados anfípodos, a los cuales inyectaron microcápsulas dotadas de sensores de tinte sensibles al nivel de ácido en las células.
Posteriormente, a estos pequeños organismos se les puso en situaciones
estresantes. Los científicos se dieron cuenta de que el nivel oxidativo de los anfípodos aumentaba instantáneamente en condiciones de bajos niveles de oxígeno, tras lo cual llegaron a la conclusión de que esta era la manera en la que sus organismos respondían al estrés.
Además de los crustáceos, los científicos someterán a pruebas similares a varias especies de peces, insectos y moluscos del lago Baikal. Los investigadores afirman que, en un futuro próximo, también se llevará a cabo un experimento en mamíferos.
"Ya que todos los animales —desde los crustáceos hasta los humanos— funcionan según los mismos mecanismos biológicos, nuestro método puede aplicarse en la biomedicina", declaró a la revista Ogoniok el director del Instituto de Biología de la Universidad Estatal de Irkutsk, el profesor Maxim Timoféev.
Sin embargo, los científicos afirman que aún se necesitan más estudios y experimentos, puesto que los nanosensores actuales son bastante tóxicos y pueden acabar envenenando a los animales.
Según los investigadores, este experimento podría también contribuir al diagnóstico temprano de varias enfermedades.
"El objetivo global de nuestro trabajo es la creación de sensores más complejos y sensibles a los indicadores de un organismo, incluso el humano”, subrayó Timoféev.
El científico también indicó que las futuras tecnologías permitirán a los biólogos evaluar el estado de un cuerpo en tiempo real a través del uso de los sensores inyectados bajo la piel o en la sangre, así como a través del uso de una herramienta que analizará estos indicadores.
De acuerdo con el investigador, estos sensores son fácilmente camuflables, por ejemplo bajo un tatuaje, y el monitoreo permanente de la salud podría convertirse en una práctica extendida y común en un futuro próximo.
Sputnik
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