Phoebe Snetsinger, la gran ornitóloga que combatió al cáncer con las aves
Las aves que pierden y ganan con el cambio climático
Madre de cuatro hijos, una de sus frustraciones, según reveló en su diario, fue haberse dedicado plenamente a las tareas del hogar. Así que cuando le diagnosticaron un melanoma, Phoebe Snetsinger decidió dedicarse a lo que había sido su gran fascinación: la observación de pájaros. Durante los 18 años que empleó a esta práctica, la ornitóloga alcanzó a observar más de 8.300 especias, más que ninguna otra persona hasta ahora en la vida.
El fascinante viaje de Phoebe Snetsinger comenzó en Alaska, a donde viajó después de decidir que no iba a permanecer convaleciente en casa. Pensó que sería una estancia corta, y que el cáncer le obligaría a regresar pronto. Lo que ocurrió, sin embargo, fue que al de Alaska le siguieron innumerables viajes.
Phoebe Snetsinger empleó la herencia de su padre, el magnate de la publicidad Leo Burnett, para dedicarse a recorrer el mundo y desarrollar su afición. Viajó a áreas remotas, defendió la protección del medio ambiente e infinidad de lugares y se incursionó en zonas donde las condiciones políticas no eran las más apropiadas para desarrollar su afición. Un accidente de coche acabó con su sueño.