Toda la información sobre el avión de pasajeros derribado en Ucrania
Formado por miembros de Australia, Malasia, Bélgica, Ucrania y la propia Holanda, sí indican que el total de restos analizados oscila entre porciones de la nave de 6.000 kilos, y otros de un centímetro cúbico. En agosto de 2015 ya se hallaron partes de un misil Buk, pero es la primera vez que aparece una de esta envergadura. La Fiscalía Holandesa del Estado considera la tragedia un atentado y lleva su propia investigación. En julio espera aclarar el tipo de misil utilizado y el lugar desde donde fue lanzado. De este modo podrá saberse, por fin, si las autores de la catástrofe fueron ucranios o rebeldes prorrusos.
En octubre de 2015, el Consejo Holandés para la Seguridad concluyó que “un misil del modelo 9N314M, de fabricación rusa, alcanzó el aparato por el lado izquierdo y fue lanzado desde el sureste de la localidad ucrania”. Si bien las líneas de demarcación fluctúan en la lucha que enfrenta a fuerzas ucrania y separatistas rusos, “el lugar en cuestión estaba en el momento de la tragedia en manos de estos últimos”, según sus portavoces. El proyectil no estalló al entrar en contacto con el MH17. Lo hizo junto a la nave, lanzando a su vez miles de fragmentos metálicos que atravesaron el fuselaje. Los cuerpos del comandante, copiloto e ingeniero de vuelo tenían dichos restos, y también circonio, un metal parecido al acero que se utiliza por su resistencia en el cristal de la cabina de mandos. Como también aparecieron en otros pasajeros, los investigadores dedujeron que su presencia solo pudo deberse a un impacto externo. “La manipulación de pruebas en este caso es poco probable”, según los forenses.
La pasada semana, la universidad de Groningen, que se ocupa de ayudar a los familiares de las víctimas, señaló que una de cada ocho padece “serios problemas psíquicos” por culpa de lo ocurrido. Un 53% puede desarrollarlos, después de haber perdido, en muchos casos, a toda su familia.
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