Al menos 16 muertos, varios desaparecidos, miles de evacuados y centenares de viviendas dañadas y destruidas es el balance provisional de las inundaciones que están asolando el estado de Texas, en el sur de EEUU. Nueve de los muertos son soldados, que fallecieron cuando el camión en el que viajaban cayó a un río durante unas maniobras en la base del Ejército de Tierra de Fort Hood, la mayor instalación militar del mundo, con una superficie del tamaño de los Picos de Europa. Las inundaciones también han obligado a evacuar a 4.300 presos de tres cárceles. La zona más afectada es la región suroriental de Texas, entre las ciudades de Houston, Corpus Christi, y San Antonio. Es una franja costera que se ve a menudo afectada por huracanes, y que ahora lleva tres días consecutivos sufriendo tornados, en la que se concentra gran parte de la industria petrolera estadounidense, tanto en refinerías como extracción (la formación Eagle Ford, una de las áreas más activas de `fracking` del mundo, empieza en esa zona) e incluso de `trading` de crudo. Se espera que el temporal remita en los próximos días, pero de forma gradual.
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