El pistoletazo de salida es la reunión de esta mañana de apenas tres horas en París que ha abierto solemnemente el presidente de la República François Hollande. “Es solo un comienzo”, se defiende una fuente diplomática. “El trabajo terminará a final de este año con una gran conferencia”. “El camino para la paz”, ha respondido el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, “no puede hacerse con conferencias internacionales, sino a través de negociaciones directas y sin precondiciones entre las partes implicadas”.
Hollande ha dicho en la apertura de la conferencia de hoy esperar que la iniciativa francesa sea una oportunidad para la región. El presidente de la República considera que la resolución del conflicto israelo-palestino es urgente. "El vacío puede ser ocupado por los extremistas. Lo hemos visto en Irak", ha dicho Hollande, que cree que la guerra en Siria y la situación inestable de la zona demuestran la necesidad de resolver la situación entre Israel y Palestina, las dos únicas partes, considera el líder francés, que pueden alcanzar finalmente un acuerdo. "El objetivo de la comunidad internacional es el de apoyar ese acuerdo final de manera que sea sólido, duradero y controlable", ha añadido.
El problema actual es que en este momento el diálogo entre ambas partes es imposible en opinión del primer ministro francés Manuel Valls en razón de la mayor debilidad palestina. Valls asegura que Francia no puede sustituir a las partes, pero sí crear el marco para que se produzca la negociación. El Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu no ofrece esperanzas al respecto, como ha recordado el ministro español de Exteriores José Manuel García Margallo en un receso de la reunión. "Que dos ministros hayan afirmado que mientras ellos estén en el Gobierno no habrá un Estado palestino ni evacuación de los asentamientos no es prometedor", ha dicho el ministro.
Los países árabes han sido más receptivos a la iniciativa francesa. Participan en este primer encuentro Arabia Saudí, Egipto, Jordania y Marruecos, además de la Liga de Estados Árabes, que está representada por su secretario general Nabil El Araby. Por lo demás, el nivel de representación de la conferencia es alto: participan los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia). El secretario de Estado americano John Kerry, cuya iniciativa sobre Oriente Próximo fracasó en la primavera de 2014, se ha sumado a la iniciativa francesa y también ha acudido a París. Por parte de la ONU está el secretario general Ban Ki-moon y de la Unión Europea, la alta representante Federica Mogherini. El Gobierno español ha enviado al ministro de Exteriores José Manuel García Margallo.
Convencer a los israelíes para que se sumen al proceso no se presenta tarea fácil. Tel Aviv considera que Francia no es un país imparcial para poder presidir una reunión como esta tras haber aprobado en la Unesco una resolución a favor del patrimonio cultural palestino de Jerusalem en la que se llamaba a la “potencia ocupada” a respetarlo. Fue una resolución del 14 de abril pasado que obtuvo el apoyo de varios países árabes, pero también de otros países europeos entre los que estaban Suecia y España. Hollande ha prometido emplearse en la reformulación de la resolución cuando esta sea presentada en octubre próximo.
Tampoco con los países europeos está Tel Aviv en la mejor disposición. En noviembre pasado, Israel suspendió el diálogo con la Unión Europea tras imponer etiquetas a las importaciones de los productos de los territorios ocupados. La UE baraja, según Margallo, iniciar una política de incentivos para ambas partes para promover la negociación.
El Gobierno francés insiste en sus buenas intenciones y en su único objetivo a corto plazo: reducir la tensión entre las partes. Asegura no pretender siquiera tener un papel predominante y estar dispuesta a dar un paso atrás si supone un estorbo. “Francia nunca será un obstáculo para la paz”. Sí pretende presionar a Israel para que responda al menos a la propuesta de 2002 de crear dos estados. Tel Aviv, a través de su ministro de Defensa Avigdor Liberman, asegura estar dispuesto a negociar sobre esa base con los países árabes y ha aplaudido la oferta del presidente egipcio Abdelfatah Al-Sisi de ayudar para mantener la paz y la seguridad en la región.
Margallo ha sido exigente en sus propuestas. "España pide que se mejoren las condiciones de vida en Gaza y Cisjordania y que se paralice inmediatamente la política de asentamientos en Cisjordania", ha afirmado.
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