El dueño de Fort Ad Pays gastó 1,1 millones en una casa en Miami

  01 Junio 2016    Leído: 586
El dueño de Fort Ad Pays gastó 1,1 millones en una casa en Miami
La empresa piramidal mantiene un `corralito` que ha atrapado a 40.000 inversores
Pedro Fort, dueño de Fort Ad Pays, compró con fondos de la empresa una mansión en un lujoso barrio de Weston —en el área metropolitana de Miami— por 1,2 millones de dólares (1,1 millones de euros), según documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Fort Ad Pays es un negocio piramidal de venta de publicidad en Internet que ha atrapado a unas 40.000 personas de una docena de países, la mayoría de ellos en España, Venezuela, México, Colombia, Francia y Perú.

La compañía es desde hace semanas incapaz de devolver el dinero a los inversores, a los que ha impuesto un corralito que les permite recuperar solo 10 dólares al día. A medida que van conociéndose más detalles sobre el funcionamiento de Fort AD Pays, crecen los indicios de fraude en la gestión de la compañía . Uno sería la facturación de millones de euros —entre 10 y 20, según varias estimaciones— sin emitir factura alguna. Otro, que varios responsables de Fort Ad Pays desviaron a sus cuentas particulares las aportaciones que nuevos socios hacían a la compañía.
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La propiedad adquirida por Pedro Fort en Weston se encuentra en una exclusiva urbanización con campos de golf y rodeada de lagos. La mansión, de 500 metros cuadrados, está construida en una orilla sobre una parcela de más de 2.300 metros cuadrados y tiene cinco habitaciones, cuatro baños, una biblioteca y un gimnasio o zona de juegos, según datos del sector inmobiliario de la zona. Para adquirirla, Fort utilizó una de las empresas que ha creado en los últimos dos años en Florida, Sibades LLC. Los administradores de esta sociedad son el propio Pedro Fort y otras dos compañías controladas por él: Llopa LLC (también con sede en Florida) y Fort Group, domiciliada en Panamá.

La compra de la mansión se llevó a cabo en febrero de 2015. Esta fecha supone que la operación se formalizó a los cuatro meses del lanzamiento de Fort Ad Pays y poco más de un año después del inicio de actividades de The Business Shop, otra compañía piramidal dirigida por Fort. Las notificaciones tributarias del Condado de Broward (al que pertenece Weston) señalan que el valor de mercado de la mansión asciende a 1,15 millones de dólares, aunque otras fuentes afirman que la venta se cerró en 1,25 millones. El pasado noviembre, Fort pagó de 22.736 dólares por los impuestos anuales (ver documento adjunto) utilizando otra de sus sociedades radicadas en Florida, Fort Marketing Group LLC. Esta es la principal empresa utilizada para cobrar y pagar a las personas que han entrado en el esquema piramidal de Fort Ad Pays.

Hasta donde ha podido saber este diario, el Grupo Fort es un conglomerado de 17 de empresas: nueve domiciliadas en Florida, tres en España (domiciliadas en Barcelona), dos en Dominica y una en Costa Rica, Panamá y Colombia. Las radicadas en España están administradas por Josep Àngel Colomes, mano derecha de Fort, que ha puesto en marcha un tercer negocio, Enkaizen, que también actuaba con un esquema piramidal cuando empezó sus actividades hace seis meses.

Con la compra de la mansión en Wsteon, ya son al menos 2,1 millones de dólares los que Pedro Fort ha retirado de los negocios piramidales de The Business Shop y Fort Ad Pays. El grupo cuenta con un banco, el Fort Bank, radicado en Dominica, que según la legislación de este paraíso fiscal debe mantener unos fondos mínimos de un millón de dólares para conservar la licencia bancaria. Según Colomes, Pedro Fort ha conseguido la ciudadanía de Dominica, país que la otorga a quienes invierten 100.000 dólares en compañías radicadas en la isla o 200.000 dólares en propiedades.

Mientras, cerca de 40.000 personas siguen sin poder retirar el dinero invertido en el grupo, que hace unos meses ofrecía una rentabilidad diaria de hasta el 2% actualizada en los balances cada 30 minutos. Pese a la opacidad del grupo —lo que impide seguir el rastro de los fondos al estar radicadas varias de sus sociedades en paraísos fiscales—, los datos conocidos hasta ahora permiten saber que el grupo apenas tiene ingresos al margen de las aportaciones de los nuevos socios —formalmente destinadas a la compra de espacios de publicidad online— y que el negocio real se basaba en repartir estas entradas de dinero entre los miembros más antiguos.

El esquema empezó a dar síntomas de agotamiento hace tres meses y la empresa, incapaz de hacer frente a la avalancha de peticiones para retirar dinero, ha acabado por imponer un corralito que solo permite retirar a los afectados 10 dólares diarios. La mayoría, sin embargo, ni siquiera llega a cobrar esta cantidad debido a los recurrentes problemas que sufre el grupo con las plataformas de pago. En un vídeo reciente, Fort atribuía estos problemas a una supuesta “nueva normativa internacional, que ha aumentado los controles por la lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo”.

Fort también anunció que la creación de un "banco del grupo" permitirá solventar estos problemas. Sin embargo, el hecho de que mintiera sobre la fecha de constitución —dijo que había recibido la “ficha bancaria” hace dos meses y que necesitaría “tres o cuatro” para que estuviera operativo, cuando en realidad la entidad fue creada hace 10 meses—, ha disparado las sospechas de los afectados. “A ver si el banco, en lugar de la solución para los problemas de Fort Ad Pays, es el lugar para poner a buen recaudo el dinero de la empresa”, comenta uno de los afectados, que invirtió 4.000 dólares en Fort Ad Pays. El hecho de que tanto el banco como la misma Fort Ad Pays estén domiciliados en Dominica, un conocido y opaco paraíso fiscal, acrecienta la inquietud de quienes tratan ahora de recuperar su dinero.


La publicación por este diario, el pasado jueves, del colapso de Fort Ad Pays ha intensificado en las redes sociales y en los foros de Internet los debates ya abiertos sobre el futuro del Grupo Fort. Los mensajes se dividen en dos grupos irreconciliables: quienes denuncian que la empresa es una estafa piramidal y quienes defienden tanto a la compañía como a sus máximos responsables. El primer grupo acusa al segundo de haber obtenido a su costa grandes beneficios ya que, al ser los miembros más antiguos del esquema piramidal, se lucraron con el reparto de las aportaciones de los nuevos. Los defensores, por su parta, acusan a los denunciantes del corralito de estar poniendo en peligro a la empresa con sus quejas.

Lo cierto es, sin embargo, que ambos esquemas piramidales han funcionado de forma fiscalmente cuestionable. Una estimación conservadora, hecha por varios miembros de ambas empresas con todas las fuentes disponibles, estima entre “10 y 20 millones de dólares” el dinero que han recibido en los dos últimos años de sus más de 40.000 miembros. Ninguna de las dos compañías, sin embargo, ha emitido ni entregado factura alguna a sus socios cuando estos compraban paquetes publicitarios online, según admitió Colomes a este diario.

Otra irregularidad denunciada por los afectados —que están agrupándose a través de la cuenta de correo [email protected] para interponer una demanda—, es que varios responsables de Fort Ad Pays desviaban en algunos casos a sus cuentas particulares el dinero de las aportaciones de los nuevos socios. “Esto sucedía en los eventos”, explica uno de los afectados. “Cuando mostrabas interés por entrar en la empresa, te daban el número de su cuenta bancaria particular para que les ingresaras los dólares. Luego, te daban desde sus cuentas en Fort Ad Pays paquetes de anuncios por el mismo importe que les habías ingresado", añade esta persona. Con estas operaciones, los responsables de Fort Ad Pays conseguían dinero en efectivo por sus participaciones en Fort Ad Pays, unos activos cuyo valor el actual corralito ha puesto en cuestión.

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