Una enana rojaLos planetas telúricos de una estrella Trapense

  28 Febrero 2017    Leído: 553
Una enana rojaLos planetas telúricos de una estrella Trapense
El nuevo sistema solar descubierto por la NASA nos plantea muchas preguntas: ¿Podría haber vida en esos planetas? Si existiera, ¿sus habitantes serían supergigantes? ¿Tendrían visión infrarroja como Superman?

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La agencia espacial de EEUU, la NASA, anunció un descubrimiento muy particular: no muy lejos de nuestra galaxia, una estrella mucho más pequeña y mucho menos luminosa que nuestro Sol, es circunnavegada por siete planetas telúricos. Aquí telúrico tiene connotaciones figuradas. Su probable composición parece similar a la de nuestra Tierra aunque no compartan la historia ni la geografía.
La estrella recibió el nombre —en inglés— de Trappist-1, reflejando un gran sentido del humor de los astrónomos belgas que diseñaron el telescopio que hizo posible los primeros estudios de este mini-sistema solar. Trappist, el nombre del telescopio utilizado por el equipo belga, es un acrónimo creado con las palabras inglesas "Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope", que traducido al castellano significa "Pequeño telescopio de planetas y planetesimales en tránsito". Pero en inglés Trappist quiere decir Trapense, el nombre de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, u orden de la Trapa. Los monjes trapenses hicieron famoso un tipo de cerveza belga: la "Trappist Ale", mi cerveza favorita.

El descubrimiento es notable porque nunca se habían encontrado tantos planetas similares a la Tierra, es decir rocosos, dando vueltas a la misma estrella. El catálogo de exoplanetas enumera 3.457 de ellos al día de hoy y la cuenta sigue lentamente en aumento.

Todos ellos han podido ser estudiados gracias al avance de la información digital (cámaras muy sensibles y computadoras muy veloces) pero todos ellos se encuentran no muy lejos de nuestra Tierra. Tal vez no sea probable encontrar vecinos inteligentes tan cerca. ¿Existirán más lejos?

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Es probable que lleve mucho tiempo, varias generaciones encontrarlos, o que nos encuentren. ¿Cómo serán, si existen? ¿Qué tipo de que apariencia física tendrán? ¿Cómo será su visión? ¿Cómo se comunicarán?

Los planetas trapenses parecen ser apenas un poco más pequeños que la Tierra, pero la estrella es muy distinta. Es unas 12 veces más pequeña (menos masiva) que nuestro Sol y su temperatura superficial es de unos 2.000 grados centígrados, menos de la mitad de la temperatura de la superficie de nuestro Sol (unos 5.000 grados centígrados). Esto hace que su resplandor sea más tenue y rojizo que el Sol.
¿Habrá vida en alguna forma, por primitiva que sea? Llevará algún tiempo saberlo. Primero se buscará saber si los planetas tienen atmósfera y cuál es su composición química. Encontrar trazas de agua en ellos es crucial. La energía que genera Trapense es mucho más débil que nuestro Sol: la relación entre las dos es similar a la que se vería si se reemplazaran 20 bombillas de luz de 100 vatios por una sola de 40. Aún así, la combinación de la distancia a la estrella anfitriona y la energía que genera parecen indicar que al menos tres de los siete planetas están en lo que los aristotélicos llamaban el "áurea mediócritas", el dorado medio —en inglés el término es Goldilock—: ni muy frío, ni muy caliente, justo las condiciones apropiadas para que pudiera existir vida en alguna forma.

Se puede especular acerca de la visión que podrían tener estos seres vivos. La visión de los humanos y de la mayoría de las especies se adaptó a una estrella que brilla con más intensidad en el amarillo. Trapense brilla fundamentalmente en el rojo (después de todo es una estrella del tipo enana roja). Todo el espectro de colores que se combinan en ese rojo están mucho más corridos hacia las longitudes de onda más largas que las que nosotros somos capaces de detectar. ¿Tendrían estos seres, si existen, visión infrarroja como Superman? Con gravedades más pequeñas que la que existen en la Tierra, la fisiología de estos seres sería muy distinta a la nuestra. ¿Probablemente serían gigantes comparados en tamaño con nosotros? Pero ¿podrían sobrevivir a la gravedad mucho mayor que existiría en la Tierra?

La ciencia de la astrobiología tiene apenas poco más de sesenta años: fue en 1953 que Stanley Miller y Harold Urey, de la Universidad de Chicago, realizaron su famoso experimento de crear en una probeta compuestos orgánicos antecesores de la vida con materia orgánica, agua, gases más o menos similares a los que se suponía conformaban la atmósfera de la Tierra miles de millones de años atrás. Carl Sagan la popularizó en la serie Cosmos de los años 80.
Pero es en los últimos tiempos que la ciencia ha podido comprobar que los sistemas planetarios alrededor de las estrellas parecen ser la norma y no la excepción. La mayoría de los exoplanetas que conocemos se han descubierto hace poco. Algo notable es que el sistema planetario de Trapense fue descubierto con un telescopio bastante pequeño comparado con los muchos grandes existentes en diversas partes del mundo. Un tributo a la ingenuidad y a la persistencia.

Las estrellas enanas rojas como Trapense son del tipo que más abunda en nuestra galaxia y poco se las ha observado. Algo que seguramente cambiara radicalmente en el futuro inmediato. La búsqueda de vida extraterrestre se ha acelerado y se ha hecho aun más apasionante.

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