46 millones de personas viven bajo esclavitud, un 25% más que en 2014

  01 Junio 2016    Leído: 408
46 millones de personas viven bajo esclavitud, un 25% más que en 2014
El 58% de los que sufren sumisión forzosa habitan en Asia, según un informe de Walk Free Foundation
El número de personas en condiciones de esclavitud moderna —cualquier actividad forzosa de una persona sobre otra de acuerdo con la definición de Naciones Unidas (ONU)— es alarmante. 45,8 millones de personas en todo el mundo sufren una privación absoluta de libertad de decidir sobre su propio porvenir, diez millones más que en 2014. El 58% de todas ellas se encuentra en Asia, según el informe anual de Walk Free Foundation al que ha tenido acceso en primicia EL PAÍS.

"No hay ningún país en el mundo que esté haciendo lo suficiente para acabar con la esclavitud. Todos podrían hacer mucho más", sostiene al teléfono Davina P. Durgana, investigadora de la misma fundación y coautora del informe de 109 páginas que se publica este 31 de mayo de madrugada. Por la metodología aplicada, explica, ha habido un aumento de diez millones de personas bajo condición de esclavitud respecto a 2014. En 2015 no se lanzó el informe "ya que se estuvo refinando el método" de estudio, justifica una portavoz de la Fundación en Madrid.


Lo que sí han observado los expertos es que, paradójicamente, aumenta el número de esclavos pero también las medidas de los Gobiernos para erradicar esta práctica. Los países que más contribuyen a eliminar esclavitud en el mundo y cuyos Gobiernos han dado un paso al frente en la legislación están en Occidente: Holanda, EE UU, Reino Unido —que en 2015 aprobó una ley que obliga a las grandes compañías a informar sobre los pasos que han dado para evitar que haya esclavitud en su cadena productiva. De hecho más de 100 empresas ya han enviado sus informes—, Suecia, Australia, Portugal, Croacia, España, Bélgica y Noruega, según un avance del informe.

Pero aún así queda camino por recorrer: en Reino Unido, por ejemplo, hay 11.700 personas en condición de esclavitud y en Holanda unas 17.500, según el documento. "Lo más importante en estos países es que los consumidores conozcan exactamente qué es lo que están comprando", sugiere Durgana, porque es precisamente en el inicio de la cadena productiva donde se halla el trabajo forzado de millones de personas, en especial mujeres y niños.

Asia es el continente donde más se practica la esclavitud en cualquiera de sus formas: explotación sexual, trabajo forzoso en telares, fábricas de ropa, matrimonios de conveniencia, etcétera. "Coincide con su alto índice de población", justifica la experta que afirma que, en proporción a la población total, Corea del Norte es el país donde la esclavitud moderna está a la orden del día. "Aunque la información sobre este país es difícil de verificar, un elemento real es que existen las condenas por parte del Estado a los ciudadanos de trabajos forzosos durante años", explica Durgana.

India, China, Pakistán, Bangladesh y Uzbequistán (por las plantaciones de algodón) encuentran los índices más altos de esclavitud en el mundo, si bien es cierto que la excolonia británica es de los países que más esfuerzos están haciendo para atajarla, menciona el informe.

Pero en Asia, no sólo influye el número de habitantes sino que además coincide con que el perfil de los hombres y mujeres que allí habitan es "relativamente vulnerable" y, desde luego, mucho más proclive a esta condición que el occidental. "Son más pobres, con menor educación, con un clima mucho más hostil, con una falta clara de derechos humanos", enumera la experta, que explica que estos factores favorecen a un abismo que puede desembocar en la esclavitud.


La esclavitud llama más fácilmente a la puerta de los refugiados que el conflicto en Irak y sobre todo Siria están generando. "Ser un refugiado ya te hace más vulnerable. Eso los lleva a juntarse con la gente de su alrededor que está en la misma situación y sobre la que se crean guetos y desde cuya situación el acceso a los servicios públicos como la Educación y la Sanidad se hace muy difícil", sostiene la coautora del documento. Más adelante ofrece la clave: "En esa precisa situación [de riesgo y entrega total de la vida a las mafias] es cuando hay un riesgo verdadero de caer en la esclavitud".

Una de las situaciones que más preocupa a la Fundación es la desaparición de personas —especialmente mujeres, niños o personas con discapacidad— en la travesía que hacen los refugiados desde los sitios de conflicto hasta el lugar soñado. "No se puede concebir el fin de la esclavitud como algo aislado de los demás problemas en el mundo", afirma Andrew Forrest, fundador y copresidente de la organización australiana Walk Free Foundation.

El informe, el tercero de la fundación, se ha realizado en base a entrevistas cara a cara en el idioma nativo de 167 países. "Los restantes [en la ONU están representados 193 Estados soberanos] no aportaban información destacada al estudio por ser demasiado pequeños y en otros caso no se nos ha aportado información", explica la analista que da como ejemplo alguna isla del Pacífico.


El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) fuerza a mujeres a prostituirse o a mantener relaciones sexuales no consentidas, a los hombres a llevar a cabo trabajos forzados y a los niños a convertirse en soldados. Pero según Walk Free Foundation aún no hay datos fiables y reales que reflejen la cruda realidad.

"Es dificil de precisar el tipo de esclavitud que se practica en sus territorios", explica Durgana, quién espera poder tener más información conforme pasen los años. "Lo mismo ocurrió con Boko Haram [rama del Estado Islámico en Nigeria], del que ahora sabemos muchas cosas más que hace cinco años", explica con algo de esperanza.

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