Para empezar, su última adaptación apenas si clasifica como una película funcional, en términos de tener una trama y un principio, nudo y final. De hecho, la historia no termina del todo como sí se queda sin tiempo – después de un interludio divertidísimo y aparentemente diseñado sólo para prolongar las cuestiones–, antes de prometer (o quizás amenazar con) otra secuela que llegará dentro de un año.
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