El director calificó de pérdida la retirada de Estados Unidos de la OMS y añadió: “Sin embargo, no somos la única organización. Estados Unidos aporta el 30% de la ayuda al desarrollo. Por lo tanto, el impago de esta financiación afectará negativamente a la asistencia sanitaria. La falta de apoyo financiero para la lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y otras áreas obstaculizará los avances. La escasez de medicamentos en los almacenes y los retrasos en las entregas dificultarán el tratamiento. Es especialmente crítico mencionar el continente africano, donde podría ser necesario cerrar más de setecientos laboratorios.”
"Los recursos suministrados por Estados Unidos ayudan a los países a gestionar las emergencias. Si esta financiación se detiene, sin duda provocará grandes desafíos. Si la preparación ante emergencias se debilita, será imposible hacer frente a muchas enfermedades a tiempo. Si Estados Unidos busca reformas, estamos abiertos a todas las reformas”, destacó.
Este mensaje resalta la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra las crisis sanitarias globales y la necesidad de mantener un compromiso sólido con el financiamiento para que las respuestas a emergencias sean efectivas.
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