El principal objetivo de la reunión conjunta era hacer hincapié en la importancia de la inversión en desarrollo humano para garantizar la estabilidad climática.
La coordinadora residente de la ONU en Azerbaiyán, Vladanka Andreeva, declaró que el Día del Desarrollo Humano se estableció por primera vez en el marco de la presidencia de la República de Azerbaiyán por iniciativa del país anfitrión.
En su intervención en la inauguración del acto, el negociador jefe de la COP29, el viceministro de Asuntos Exteriores Yalcin Rafiev, afirmó que el desarrollo humano, que se considera uno de los aspectos más importantes e interconectados del desafío climático mundial, incluye ámbitos como la educación, la salud, lo social, las competencias y el empleo. Señaló que el cambio climático afecta a todos los aspectos de nuestras vidas: la salud, la educación, el mercado laboral y, lo que es más importante, las oportunidades para las generaciones futuras. Según él, para hacer frente al calentamiento global, las inversiones en desarrollo humano deben comenzar en las etapas más tempranas de la vida a fin de garantizar el empoderamiento de niños y jóvenes a través de la educación, la salud y el desarrollo de capacidades. Estas inversiones no sólo deben centrarse en la sostenibilidad, sino también incluir esfuerzos para mitigar el cambio climático.
Hablando de la Iniciativa de Bakú sobre Desarrollo Humano para la Resiliencia Climática, Y. Rafiyev subrayó que es una continuación natural de nuestro compromiso con la acción climática centrada en las personas: “Esta iniciativa reforzará la cooperación mundial en todos los sectores, movilizará la inversión y requerirá un enfoque polifacético y unificado que garantice que el desarrollo humano se convierta en un pilar fundamental de nuestra estrategia climática. En el núcleo de la Iniciativa de Bakú está la convicción de que el desarrollo humano y la acción por el clima no son objetivos separados, sino complementarios. Otro punto de la iniciativa es promover la cooperación mundial para hacer de la alfabetización medioambiental el objetivo primordial de la educación”.
Y. Rafiyev presentó los principios rectores de Bakú sobre desarrollo humano para la resiliencia climática. Según él, desempeñarán un papel clave a la hora de orientar las acciones de desarrollo humano en las estrategias climáticas, promoviendo un enfoque integrado en estas áreas como motores clave de la acción climática.
Los debates en torno al papel de la educación en la estabilidad climática, uno de los temas principales de la sesión conjunta, pusieron de relieve la importancia de preparar programas educativos “Amigos del clima” para dotar a las generaciones futuras de los conocimientos y aptitudes necesarios para combatir los retos climáticos.
Se señaló que la Iniciativa de Bakú pretende reforzar a los jóvenes como participantes activos en las medidas sostenibles de lucha contra el cambio climático.
En la sesión conjunta se debatieron cuestiones como la concienciación sobre el clima en las escuelas, la formación de profesores en este campo y la creación de sistemas educativos resistentes al cambio climático. Paralelamente, se presentaron enfoques estratégicos para que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para una economía verde.
Representantes de instituciones y organizaciones internacionales de Italia, Países Bajos, Reino Unido, Brasil y otros países también expresaron su opinión en las mesas redondas.
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