Los resultados del estudio confirman la existencia de esa región con una baja densidad de estrellas y galaxias que repele a la Vía Láctea justo en la dirección del supercúmulo de Sharpley, que a su vez la atrae con la masa de sus miles de galaxias.
Hasta ahora solo existían pequeños indicios de este vacío y nadie había conseguido cuantificar sus efectos o localizarlo (…) Este vacío, bautizado como repulsor dipolo, aporta la otra mitad de la historia para explicar al completo el movimiento de la galaxia tal y como lo observamos”, dice el astrofísico Yehuda Hoffman.
La suma de ambas fuerzas hace que la Vía Láctea viaje a esos dos millones de kilómetros por hora respecto a la velocidad constante de la radiación cósmica de microondas, generada tras el Big Bang.
“Hasta ahora solo existían pequeños indicios de este vacío y nadie había conseguido cuantificar sus efectos o localizarlo (…) Este vacío, bautizado como repulsor dipolo, aporta la otra mitad de la historia para explicar al completo el movimiento de la galaxia tal y como lo observamos”, dice el astrofísico Yehuda Hoffman, citado el lunes por el diario español El País.
El nuevo mapa muestra cómo el "atractor" y el "repulsor" influyen en un área del universo de unos 500 millones de años luz y que contiene otras grandes concentraciones de materia como el supercúmulo de Perseo-Piscis, el cúmulo de Hércules, la constelación de Lepus y Laniakea, el supercúmulo que habitamos los terrícolas.
La nueva región del universo descrita en el estudio no está realmente vacía, pero sí tiene menos estrellas y galaxias de lo normal y, por lo tanto, es mucho menos densa que las agrupaciones de cúmulos galácticos. El equipo de Hoffman espera que en el futuro se consiga observar la luz de estrellas en esta región.
HispanTV.es
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