Esta innovación promete ampliar las posibilidades de construcción de carreteras en la estación fría, lo que es especialmente importante para el norte de Kazajistán.
La esencia del desarrollo es crear una «mezcla caliente de hormigón asfáltico»: unos aditivos especiales reducen el umbral de temperatura para la preparación y colocación del material, al tiempo que se conservan todas las propiedades físicas y mecánicas del pavimento.
La nueva mezcla demuestra una mayor resistencia al agua y mantiene su fuerza a bajas temperaturas, lo que la hace más resistente a las duras condiciones climáticas.
El uso del «asfalto caliente» abre perspectivas para una mejor reparación de carreteras en ciudades y zonas remotas, donde las fuertes fluctuaciones de temperatura afectan negativamente a la durabilidad del pavimento.
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