Según relataron los científicos, en abril de 2008 Kaguya se encontró en una órbita muy peculiar: de hecho, en una línea recta que cruzaba el Sol, la Tierra, la misma sonda y la Luna.
Las mediciones realizadas por los sensores iónicos de Kaguya mostraron algo que tomó desprevenidos a los científicos: resultó que el viento solar trae una cantidad grande de iones y moléculas de oxígeno de la atmósfera terrestre a pesar de que la Tierra posee un `escudo magnético`.
Las muestras de oxígeno tienen procedencia biogénica y fueron sintetizadas por microbios, plantas y algas. Estas muestras se han estado acumulando en la Luna durante millones de años.
Los expertos señalan que el estudio de los depósitos del oxígeno terrestre en la Luna puede ayudar a conocer cuál fue la composición de la atmósfera de la Tierra así como enterarse de cuándo aparecieron los primeros organismos fotosintéticos. Sputnik
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