En octubre de 2022, el primer ministro Pashinyan anunció la transferencia de todos los mapas de campos minados disponibles a Azerbaiyán, negando poseer datos más precisos. Sin embargo, el Ministro de Asuntos Exteriores Mirzoyan sugirió recientemente la posibilidad de transferir mapas adicionales basados en campos minados recientemente descubiertos. Esta declaración plantea dudas sobre afirmaciones anteriores y destaca la importancia de una información precisa para garantizar la seguridad de los ciudadanos y la reconstrucción de Karabaj.
El creciente número de víctimas de los campos minados pone de relieve la gravedad de la situación. Según las estadísticas oficiales, 58 personas en Azerbaiyán resultaron heridas o murieron a causa de los campos minados colocados por Armenia en 2023, lo que provocó 19 muertes y 39 heridos. Desde el final de la guerra de 2020, ha habido un total de 342 bajas, incluidas 65 muertes.
En este contexto, la participación internacional para abordar el problema de los campos minados es crucial. Azerbaiyán promueve activamente el diálogo sobre esta cuestión en diversas plataformas internacionales, como la propuesta del establecimiento de un "Fondo Fiduciario Global para Combatir la Amenaza de las Minas" en abril de 2022. El presidente Ilham Aliyev ha enfatizado el importante tiempo y recursos necesarios para resolver la cuestión del desminado.
En el pasado, el intercambio de información sobre campos minados a menudo ha ido acompañado de gestos humanitarios entre Armenia y Azerbaiyán. Por ejemplo, el 12 de junio de 2021, Armenia entregó mapas de campos minados en el distrito de Aghdam a Azerbaiyán, a cambio de la liberación de 15 soldados armenios. Este intercambio pone de relieve la gravedad del problema de las minas en los territorios liberados.
El presidente Aliyev ha destacado la precisión limitada (25%) de los mapas proporcionados por Armenia, reiterando la necesidad crucial de datos completos y precisos para garantizar la seguridad. Las recientes declaraciones de los dirigentes armenios plantean dudas sobre la coherencia y fiabilidad de sus compromisos anteriores.
En conclusión, la existencia de campos minados presenta un obstáculo importante para la reconstrucción y el desarrollo después del conflicto en la región. La urgencia de abordar esta cuestión requiere una intervención activa de la comunidad internacional para alentar a Armenia a que proporcione a Azerbaiyán todos los mapas de campos minados disponibles. Esta acción es un factor clave para garantizar la seguridad y la estabilidad regionales. En última instancia, una resolución eficaz requiere transparencia y rendición de cuentas por parte de Armenia, junto con el apoyo y la participación activos de la comunidad internacional.
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