El Alaskapox pertenece a una familia de virus con forma de ladrillo que pueden infectar a animales y seres humanos. Estos bichos, conocidos como ortopoxvirus, suelen causar lesiones, o viruela, en la piel. Cada uno tiene sus propias características, y algunos se consideran más peligrosos que otros.

La viruela es quizá el más famoso de todos, pero otros miembros de la familia son la viruela del camello, la viruela vacuna, la viruela equina y la viruela del mono.

El Alaskapox se descubrió en 2015 en una mujer que vivía cerca de Fairbanks, Alaska. Se ha detectado principalmente en pequeños mamíferos, como topillos de lomo rojo y musarañas. Pero las mascotas, como perros y gatos, también pueden portar el virus, dicen los funcionarios de salud.

En los últimos nueve años se han infectado siete personas, todas ellas en Alaska.

Las personas con Alaskapox han desarrollado uno o más bultos o pústulas en la piel, así como dolor articular o muscular e inflamación de los ganglios linfáticos.

Casi todos los pacientes presentaban enfermedades leves que se resolvían por sí solas al cabo de unas semanas. Pero las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden correr el riesgo de contraer una enfermedad más grave.

Las autoridades creen que Alaskapox se propaga por contacto con animales infectados.

No se ha documentado ningún caso de contagio entre personas. Pero otros virus de la misma familia pueden propagarse cuando una persona entra en contacto con las lesiones de otra, por lo que las autoridades sanitarias de Alaska aconsejan a cualquier persona con una lesión de Alaskapox que la cubra con una venda.

Las autoridades sanitarias de Alaska tienen constancia de siete personas infectadas por Alaskapox desde que se descubrió el virus, pero el último caso representa la primera vez que se sabe que alguien ha muerto por su causa.

El anciano, que vivía en la península de Kenai, estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer y tenía el sistema inmunitario deprimido a causa de los fármacos. En septiembre, notó una llaga roja bajo la axila derecha y acudió a los médicos durante los dos meses siguientes por fatiga y dolor urente. Fue hospitalizado en noviembre y murió el mes pasado, según un boletín publicado la semana pasada por las autoridades sanitarias de Alaska.

El hombre vivía en una zona boscosa remota y no viajaba. Había sido arañado repetidamente por un gato callejero que cazaba pequeños animales, y uno de los arañazos se produjo en la zona de la axila del hombre, según las autoridades.

El Alaskapox es una enfermedad poco frecuente que en la mayoría de los casos provoca unos síntomas relativamente leves, según las autoridades sanitarias.

Dicho esto, la fauna salvaje puede conllevar riesgos de infección. Las autoridades sanitarias afirman que la mejor manera de mantener a salvo a las mascotas y a los miembros de la familia es mantener una distancia prudencial y lavarse las manos después de estar al aire libre. Además, no hay que intentar tener animales salvajes como mascotas.

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