El llamamiento reza:

"Nosotros, las víctimas del terror de las minas terrestres perpetrado por Armenia y sus unidades militares, junto con nuestros familiares y allegados, así como las organizaciones de la sociedad civil especializadas en este campo, presentamos una carta abierta al sr. Tiny Kox, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, y a los miembros de la APCE. Consideramos la negativa del relator de la APCE sobre Azerbaiyán, que visitó recientemente Bakú, a reunirse con las víctimas de la guerra con minas terrestres de Armenia contra Azerbaiyán, con sus familiares y con ONG especializadas en cuestiones relacionadas con las minas, como una burla a los valores del Consejo de Europa y un desprecio por los derechos humanos y las libertades.

Condenamos enérgicamente el hecho de que una organización como la APCE, autoidentificada como una institución de derechos humanos, se haya convertido en un peón en manos de determinados Estados y círculos. Una organización que, ante el importante problema de las minas terrestres en Azerbaiyán, mantiene el silencio y carece de valor para reunirse con las víctimas de las minas terrestres debería sentirse avergonzada de sí misma.

El comportamiento exhibido por los representantes de la APCE es un acto censurable que presta apoyo directo al terror de las minas terrestres de Armenia.

Se calcula que hasta hace poco había más de un millón de minas terrestres y artefactos explosivos sin detonar en los territorios liberados de la ocupación. Tras los 44 días de guerra de 2020, Armenia siguió transportando minas terrestres por la carretera de Lachin y plantándolas en los territorios azerbaiyanos. No olvidamos que, en lugar de expresar su disconformidad, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, defendió el paso sin trabas de las unidades militares y cargamentos ilegales de Armenia a los territorios de Azerbaiyán a lo largo de la carretera de Lachin, facilitando sus actividades terroristas en suelo de otro Estado.

Tras una exitosa medida antiterrorista llevada a cabo los días 19 y 20 de septiembre de 2023, se descubrieron más de 500.000 minas terrestres y artefactos explosivos sin detonar en los territorios recuperados. Esto indica que el minado de los territorios azerbaiyanos no ha cesado ni un solo día en los últimos tres años, sino que se ha intensificado. La inclusión de Armenia en los informes internacionales como uno de los países productores de minas lo corrobora aún más. Azerbaiyán es uno de los países más contaminados por minas del mundo. Lise Christoffersen, a quien usted envió recientemente a Azerbaiyán, fue una de las firmes defensoras de que Armenia transportara minas a Azerbaiyán a través de la carretera de Lachin.

Por lo tanto, las víctimas de las minas terrestres no están especialmente sorprendidas por esta vergonzosa actitud del Consejo de Europa y su doble rasero con respecto a Azerbaiyán. En el pasado reciente, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa no ha instado ni una sola vez a Armenia, uno de sus Estados miembros, a retirar sus unidades militares del territorio azerbaiyano y a proporcionar mapas de minas terrestres. Más de un millón de refugiados y desplazados internos azerbaiyanos han sido víctimas de la islamofobia, la xenofobia, la azerbaiyanofobia, los grupos de presión y las redes de corrupción que han arraigado en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa a lo largo de los años. Sus derechos humanos y libertades han sido descaradamente ignorados por la organización internacional con sede en Francia.

Si, como presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, sigue guardando silencio sobre este asunto incluso después de nuestro llamamiento, perderá toda autoridad moral para hablar de derechos humanos y libertades.

Señor presidente, recíbanos y escúchenos. Sea testigo del alcance de nuestro sufrimiento a manos del terror de las minas de Armenia, vea las pérdidas que hemos soportado y comprenda la tortura que sufren nuestras familias y parientes debido a nuestras discapacidades. También somos seres humanos con nuestros propios derechos y deseos. Si el Consejo de Europa y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa son verdaderamente instituciones de derechos humanos, escucharnos y ayudarnos debe ser su principal deber.

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