"La carta es esencialmente falsa, destructiva y demuestra claramente prejuicios y discriminación contra los azerbaiyanos étnicos. Al parecer, no sólo el gobierno armenio se opone a la reintegración de los residentes armenios de Karabaj en Azerbaiyán como ciudadanos de pleno derecho y apoya la monoetnicidad en la región, sino también destacados miembros del Congreso.
El llamamiento de los congresistas a renovar la Enmienda 907, que prohíbe la ayuda del gobierno estadounidense a Azerbaiyán, y a imponer sanciones adicionales es un paso injusto e inamistoso. Al pedir estas medidas negativas contra Azerbaiyán, un país cuyo territorio ha sido ocupado en un 20% por Armenia, que se enfrenta a un millón de refugiados y desplazados internos, más de 30 mil residentes asesinados y casi mil ciudades y pueblos destruidos, los congresistas se están convirtiendo de hecho en cómplices de estos crímenes de Armenia.
Defender a los separatistas, contra los que hay serias razones para creer que participaron en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluido el genocidio de Joyalí, las masacres de Garadaghli, Meshali, Malibayli y los ataques con cohetes contra ciudades azerbaiyanas, no honra a los congresistas estadounidenses.
Por último, cabe destacar que los congresistas estadounidenses nunca han hecho comentarios sobre la expulsión de casi 300 mil azerbaiyanos de Armenia. Nuestro llamamiento a la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos del Congreso de Estados Unidos sobre esta cuestión quedó sin respuesta.
Instamos a los congresistas a que pongan fin a la discriminación y los prejuicios étnicos y religiosos, respeten la integridad territorial y la soberanía de Azerbaiyán, apoyen las medidas de reintegración basadas en la diversidad étnica y la coexistencia pacífica, así como el retorno seguro a sus hogares de los azerbaiyanos expulsados de Armenia, y expresen su actitud ante los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos por Armenia".
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