Se señaló que durante los casi 30 años de ocupación, incluida la Guerra Patriótica de 44 días, así como en vísperas de las últimas medidas antiterroristas realizadas en la región, tales actos se lanzaron contra nuestro país, nuestros compatriotas, así como la hermana República de Türkiye y sus ciudadanos, que son la encarnación de la política de odio étnico de Armenia y la intolerancia que adquiere un carácter intensivo y sistemático y es una fuente de grave amenaza.
Estos ataques agresivos por parte de representantes de la diáspora armenia radical, que no pueden soportar el fracaso de la campaña de difamación de Armenia contra Azerbaiyán, así como la caída del régimen ilegal creado en la región, son un acto criminal y deben ser castigados en consecuencia.
En el ejemplo de este ataque, la comunidad internacional en general debería condenar enérgicamente el comportamiento de los grupos armenios radicales que contienen elementos de discriminación racial, incitación al odio y violencia, y las instituciones estatales pertinentes deberían tomar las medidas adecuadas para impedir tales acciones.
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