"Además de ser un ejemplo de fraudulencia, acusar a Azerbaiyán de ocupación por parte de Armenia, que mantuvo los territorios soberanos de Azerbaiyán bajo ocupación durante casi 30 años, todavía se niega a entregar 8 aldeas azerbaiyanas a pesar de los resultados de la Guerra Patria de 2020, no ha retirado las fuerzas armadas armenias de los territorios azerbaiyanos contrariamente a la Declaración Trilateral, y recurre a continuas provocaciones militares, es una distorsión de las realidades.
A diferencia de Azerbaiyán, que investiga las violaciones del derecho internacional humanitario durante la guerra y las operaciones militares, respectivamente, y lleva a cabo investigaciones sobre las personas sospechosas de cometer tales crímenes, es bien conocido el orgullo de Armenia de hablar de crímenes contra la humanidad cometidos contra los azerbaiyanos, incluido el genocidio de Joyalí
La distracción de la atención de la concentración de fuerzas en la región y de las posibles provocaciones militares en cualquier momento por parte de Armenia, que cuestiona la soberanía y la integridad territorial de Azerbaiyán en referencia a la región de Garabagh, es una grave fuente de amenaza.
La principal condición para la paz y la estabilidad en la región es la renuncia de Armenia a sus reclamaciones contra la integridad territorial y la soberanía de Azerbaiyán, tanto en palabras como en hechos, la retirada de todas las fuerzas armadas armenias de los territorios azerbaiyanos y el fin de las políticas y acciones revanchistas", añadió Hajizada.
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