Presentamos la declaración:
"En este Día Mundial de los Refugiados, nosotros, la Comunidad de Azerbaiyán Occidental, nos solidarizamos con todas las personas desplazadas en todo el mundo. Con el corazón encogido, observamos el desafortunado aumento del número de refugiados en todo el mundo, muchos de los cuales se han visto obligados a huir de sus hogares debido a los conflictos armados.
Una parte importante de la población refugiada y desplazada se ha visto desarraigada como consecuencia de los conflictos armados. Pero también es crucial reconocer que, en algunos casos, actores malintencionados inician conflictos armados con el único propósito de llevar a cabo una limpieza étnica. Un ejemplo de ello es el conflicto instigado por Armenia contra Azerbaiyán.
Las acciones de Armenia, guiadas por una ideología racista, desembocaron en la limpieza étnica de azerbaiyanos de sus tierras ancestrales en Armenia. Aprovechando la impunidad, Armenia utilizó después la fuerza contra Azerbaiyán para ocupar los territorios de este último y expulsar a todos sus habitantes azerbaiyanos.
La expulsión de los azerbaiyanos de Armenia, donde tenían una presencia significativa, fue un proceso largo y doloroso, caracterizado por los esfuerzos sistemáticos de las autoridades estatales por emplear la violencia, perpetrar masacres y cometer otros crímenes contra la humanidad y violaciones de derechos humanos. Este proceso violento y cruel se ha repetido a lo largo de la historia, especialmente durante los periodos de 1905-06, 1918-21, 1948-53 y 1987-91. Como resultado, hoy no queda ni un solo azerbaiyano en Armenia.
Armenia destruyó sistemáticamente cementerios y lugares culturales y religiosos azerbaiyanos. La limpieza étnica también ha tenido un profundo impacto negativo en nuestro patrimonio cultural inmaterial. Nuestras tradiciones, costumbres, modo de vida y lazos sociales se han visto alterados.
Es descorazonador que Armenia siga impidiéndonos visitar nuestros hogares, cementerios y lugares sagrados. Esta denegación de acceso no sólo viola nuestros derechos básicos, sino que se suma al profundo dolor y añoranza que sentimos por nuestras tierras ancestrales.
La política de Armenia de crear un espacio monoétnico expulsando a los azerbaiyanos y a otras etnias de su territorio contrasta fuertemente con la rica historia de diversidad étnica y religiosa de nuestra región. Esta negación de derechos básicos prolonga nuestro sufrimiento y obstaculiza las perspectivas de paz y reconciliación duraderas.
Mencionamos estos dolorosos hechos históricos no para perpetuar la discordia, sino para subrayar el punto de partida de nuestro arduo camino hacia la paz, la reconciliación y el retorno, un objetivo que nos esforzamos por alcanzar.
Extendemos nuestro mayor agradecimiento al Gobierno de Azerbaiyán por su inquebrantable apoyo político, social y humanitario a nuestra legítima causa. La solidaridad y la ayuda de Azerbaiyán a los refugiados no se han limitado únicamente a los azerbaiyanos étnicos: Azerbaiyán también ha ayudado a refugiados de diversos orígenes étnicos, que encontraron refugio en el país por decenas de miles. Esto es un ejemplo de la tolerancia étnica y religiosa profundamente arraigada en la sociedad azerbaiyana.
También expresamos nuestra gratitud a la comunidad internacional por su apoyo a los refugiados azerbaiyanos de Armenia durante la década de 1990. Esta ayuda ha sido decisiva para aliviar las penurias a las que se enfrentó nuestra comunidad durante ese difícil período, como se reconoce en la resolución nº 48/114 de la Asamblea General de las Naciones Unidas titulada "Asistencia internacional de emergencia a los refugiados y personas desplazadas en Azerbaiyán", aprobada el 20 de diciembre de 1993.
Seguimos decididos a alcanzar un objetivo pacífico -el regreso a nuestra patria- mediante el diálogo. La Comunidad defiende el respeto de las normas y principios del derecho internacional, incluida la integridad territorial y la soberanía de los Estados, así como los valores de la paz, la reconciliación, la reintegración y la coexistencia.
Somos la Comunidad impulsada por una firme dedicación a una agenda humanitaria y centrada en los derechos humanos. Nuestras demandas de retorno pacífico a nuestros hogares no deben ser malinterpretadas o tergiversadas como perjudiciales para la integridad territorial o la soberanía de Armenia. Dado que el Gobierno de Azerbaiyán se comprometió y adoptó medidas procesables para reintegrar y garantizar los derechos de los residentes armenios de la región de Karabaj de Azerbaiyán dentro de su integridad territorial y soberanía, el Gobierno de Armenia debe corresponder adoptando medidas tangibles para garantizar nuestros derechos y asegurar nuestra reintegración.
Aunque siempre estamos dispuestos a mantener un diálogo directo con el Gobierno de Armenia sobre cuestiones de interés mutuo, el proceso de retorno y la posterior garantía de nuestros derechos colectivos e individuales deberán abordarse en el marco de un mecanismo internacional adecuado.
A pesar de nuestros reiterados llamamientos al diálogo, Armenia aún no ha respondido a nuestras llamadas a la reconciliación. Esta negativa por parte de Armenia a entablar un diálogo significativo obstaculiza el avance hacia una solución justa y duradera.
El creciente énfasis de la comunidad internacional en los derechos humanos y la inquebrantable voluntad de los azerbaiyanos expulsados de Armenia de regresar a sus hogares animan aún más a la Comunidad a redoblar sus esfuerzos en pro del derecho al retorno.
Sin embargo, la realización de esta causa de derechos humanos depende en gran medida del apoyo político y práctico de la comunidad internacional. Agradecemos el respaldo que hemos recibido de Estados y organizaciones a nuestro derecho al retorno.
En particular, valoramos nuestro diálogo permanente con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al que hemos previsto un papel central en nuestro Concepto de Retorno, relativo a la planificación y ejecución de los esfuerzos de repatriación, reintegración, rehabilitación y reconstrucción.
Hoy, en el Día Mundial de los Refugiados, reiteramos nuestro llamamiento a la comunidad internacional para que apoye nuestra justa causa, defendiendo los principios de los derechos humanos y la justicia, para hacer posible nuestro derecho inherente a regresar a nuestros hogares en condiciones de seguridad y con dignidad, y para garantizar nuestros derechos y nuestra seguridad tras el retorno."
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