Julia Rosso, vicepresidenta del Parlamento Juvenil de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que intervino en la sesión, señaló que la explotación ilegal y a gran escala de yacimientos de oro y otros recursos naturales se llevó a cabo en los territorios de Azerbaiyán que en su día estuvieron ocupados.

Ella informó de que las empresas armenias y las invitadas del extranjero estaban saqueando activamente la riqueza natural de Azerbaiyán: "El resultado fue la contaminación del aire, el agua y la tierra, la deforestación, la alteración de la biodiversidad y la destrucción del hábitat. Esta explotación era ilegal y no cumplía los requisitos internacionales, lo que agravó aún más las consecuencias. Los daños medioambientales han dañado el ecosistema único de la región. Durante los 30 años de ocupación, zonas antes protegidas han sufrido graves daños, con consecuencias negativas para los hábitats de las especies allí presentes. Un ejemplo es la tala de un raro bosque de sicomoros en el distrito de Zangilan. El bosque de plátanos de Zangilan estaba considerado el segundo más grande del mundo y el mayor de Europa. La destrucción de este territorio es otro signo de ecoterrorismo.

El representante de la estructura señaló que en Karabaj se ha producido una destrucción masiva del ecosistema, que se califica de "ecocidio" y exige responsabilidades penales.

"La actitud hostil de la parte armenia hacia la naturaleza de Azerbaiyán no sólo amenaza el equilibrio ecológico, la flora y la fauna de Azerbaiyán, sino que, junto con otras acciones provocadoras, aumenta el odio y amenaza gravemente la paz y la seguridad en la región", añadió Julia Rosso.

J.Rosso instó a tratar con cuidado los territorios en situación de posconflicto, a cambiar el enfoque que viola la integridad territorial de los Estados, a cumplir las normas medioambientales de la ONU y una serie de convenciones y resoluciones que prohíben la destrucción de bienes muebles e inmuebles de los Estados cuyos territorios están ocupados.

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