Estas misiones no tienen las herramientas para influir en las partes del conflicto. En el caso de la misión de la UE, la tesis contenida en la declaración del servicio de prensa de la oficina de la UE en Armenia de que este grupo de seguimiento se dedicará a la observación, y no a la investigación, indica que las declaraciones oficiales de este grupo de observadores no pueden sea lo más cauteloso posible. En cuanto a la misión de la OSCE, incluso si las evaluaciones oficiales de la situación por parte de este grupo de observadores contienen tesis más claramente contrarias a los intereses de Bakú, esto no afectará fundamentalmente la situación en la región.
Quizás el equipo de Nikol Pashinyan asuma que el trabajo de estas misiones se convertirá en un factor adicional para fortalecer las posiciones negociadoras de Ereván en el diálogo con Moscú. Al mismo tiempo, Ereván no recibe garantías concretas en el campo de la seguridad por parte de los actores occidentales.
Si hablamos de otros instrumentos de influencia de los actores occidentales en Ereván, podemos recordar, por ejemplo, que el tema de la asistencia financiera adicional a Armenia por parte de la UE permanece en el activo de la agenda. Por ejemplo, durante una reunión del gobierno armenio el 20 de octubre de 2022, se mencionó el acuerdo alcanzado previamente con la Unión Europea, que sugiere que Bruselas destinará 2.400 millones de euros a Ereván para 2026 en el marco de programas económicos y de inversión. Y, sin embargo, hasta ahora, las inversiones de la UE y los EE. UU. en las relaciones con Ereván son apenas suficientes para reducir significativamente la influencia de Rusia sobre Armenia.
En cuanto al factor turco en las relaciones entre Bakú y Teherán. Como saben, no hace mucho tiempo, representantes de la Compañía Nacional de Gas de Irán y Turkish Botas anunciaron la conclusión de nuevos acuerdos sobre el suministro de gas iraní a Turkiye. Dichos acuerdos no pueden sino afectar la naturaleza de los contactos de política exterior de los estados; No en vano, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, mencionó en octubre el embargo sobre el petróleo iraní precisamente en el contexto del levantamiento de las sanciones. Este es precisamente el beneficio mutuo de los lazos económicos. Al mismo tiempo, en el contexto de declaraciones de varios políticos de la oposición turca a favor de las protestas en Irán, Teherán tiene otro argumento para mantener a Recep Tayyip Erdogan en el poder después de las elecciones presidenciales de 2023. En este contexto, el factor que Turquía impulsará en cambio Teherán para buscar formas de reducir las contradicciones en las relaciones con Bakú.
Pero, de hecho, otras señales pueden indicar que es posible una mayor intensificación de la interacción entre Irán y Azerbaiyán en un futuro próximo. Las mismas conversaciones telefónicas entre el Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, Mohammad Hossein Bagheri, y el Ministro de Defensa de Azerbaiyán, Zakir Hasanov, así como la reunión en Estambul entre el asistente del Presidente de Azerbaiyán, Hikmet Hadjiyev, y el Ministro de Cultura de Irán, Mohammad Mehdi. Esmaili puede indicar que la ventana de diálogo entre Bakú y Teherán claramente no está cerrada.
Politólogo ruso, analista principal de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas, Mikhail Neizhmakov
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