El objetivo principal, la centrale termoeléctrica-5 en Kharkiv, fue uno de los eslabones importantes en la infraestructura de suministro de electricidad de Ucrania. También hay que tener en cuenta que desde 2014, el 35 por ciento (15 gigavatios) de la potencia de generación de electricidad ucraniana permaneció en los territorios separatistas, dejando el control de Kiev. Tras el inicio de la guerra, se cerraron las centrales nucleares de Slavyansk y Uglegor, que se encontraban en la zona de operaciones militares, y recientemente se añadió a esa lista la central nuclear de Zaporiyia. La planta de energía nuclear en Kakhov está dañada y se necesitará al menos un año y medio para restaurarla.
En total, se desactivaron 15 centrales eléctricas ucranianas. Si todos estos bloques de energía funcionaran, Ucrania no solo haría frente a la temporada de calefacción, sino que incluso podría exportar 70 mil millones de hryvnias de electricidad al extranjero por año. El 10 de septiembre, se llegó a un acuerdo entre Kiev y Varsovia de que Ucrania venderá carbón y electricidad a Polonia en diciembre. En la actualidad, Ucrania ha acumulado alrededor de 2 millones de toneladas de reservas de carbón, que se estaban considerando para la venta a los países de la Unión Europea. Pero después de estos golpes traicioneros y criminales, la situación cambia. Ucrania ahora se ve obligada a quemar ese carbón en sus unidades de energía sobrevivientes para reemplazar la capacidad de generación inhabilitada.
Lo que también preocupa al Kremlin es que su plan para congelar Europa no está dando los resultados deseados. La situación no se parece en nada a las caricaturas que circulan en los medios y redes sociales rusos. Sí, Europa está en problemas, los precios de la electricidad, el gas, el agua (después de todo, la electricidad es necesaria para el funcionamiento de la infraestructura de agua y alcantarillado) han aumentado considerablemente. Pero esta dificultad económica y social no afecta a su voluntad política, lo que enfurece al Kremlin. Esta es una de las razones por las que los rusos tienen como objetivo el sistema eléctrico de Ucrania.
El ataque de Rusia a las instalaciones de infraestructura civil, que no pueden lograr sus objetivos políticos ni militares, muestra que Moscú ya está indefenso. No puede lograr sus objetivos con medios militares y en el campo de batalla. Por lo tanto, quiere usar métodos híbridos. Pero incluso ellos no darán resultados. Aunque el Kremlin ha cortado el suministro de gas a Occidente, las reservas de gas de los países europeos ya están llenas en un 85 por ciento. La preparación de Ucrania para la temporada de calefacción es del 75%, según el primer ministro del país. Recordemos que el año pasado en esta época, cuando no había guerra, Ucrania estaba preparada en un 80% para la temporada de calefacción. La diferencia es sólo del 5 por ciento. En otras palabras, todas estas malas acciones de Rusia no traen ningún resultado.
Por Alibala Maharramzade
Doctor en ciencias económicas, profesor
Director de la Casa de Comercio de Ucrania
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