Un grupo de afganos retira un cuerpo tras el ataque aéreo de EEUU que acabó con la vida del mulá Mansur.
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah, tras confirmar la muerte del líder talibán, el mulá Mansur, ha asegurado que ésta "traerá muchos cambios en la estructura de poder" de los insurgentes y que "quizá ahora las facciones del grupo estén dispuestas a unirse al proceso de paz". El mulá Akhtar Mansur murió supuestamente el sábado en un ataque con un dron del ejército norteamericano en Dalbandin, en la provincia paquistaní de Baluchistan. A pesar de que Jamil Sultani, viceportavoz del Directorio de Seguridad Nacional (NDS) -el servicio secreto afgano- ha confirmado a Efe la noticia, el ejército norteamericano no lo ha hecho, ya que los servicios de Inteligencia de Washington "están trabajando para obtener confirmación física y esclarecer si sigue vivo o muerto", según fuentes oficiales. No es la primera vez que se da por muerto a Mansur. En diciembre tanto el Gobierno afgano como varios disidentes talibán aseguraron que el jefe de la insurgencia afgana había "muerto durante una refriega con militantes talibán a las afueras de Quetta", en Pakistán, después de que uno de sus opositores disparase contra Mansur, hiriéndolo de gravedad.Tampoco los portavoces talibán, Qari Yousef Ahmadi y Zabihullah Muhajid, que suelen tener una gran actividad en las redes sociales, han confirmado la noticia. Aunque altos mandos del grupo sí lo han hecho a Afp: "Puedo decir, en base a una fuente segura, que el mulá Mansur ya no está en este mundo", indicó a la agencia un dirigente. Otros dos altos cargos del movimiento islamista añadieron que los jefes talibán mantienen una reunión en la ciudad de Quetta para designar nuevo líder. Probablemente la noticia no se haga pública oficialmente hasta que el grupo afiance un nuevo liderazgo, tal y como sucedió con la muerte del fundador del grupo, el mulá Omar, cuya muerte fue confirmada por los talibán en julio de 2015, a pesar de que murió en abril de 2013.Una guerra fraticida entre los talibán Durante el largo período entre la muerte de Omar y su confirmación, los talibán estuvieron sumergidos en una guerra fratricida que dividió al grupo terrorista en dos facciones: la de los partidarios del mulá Mansur y la de los del mulá Rasool, que a día de hoy se encuentra detenido en una prisión paquistaní desde donde sigue dirigiendo a los más radicales del movimiento, por lo que se postularía como uno de los grandes candidatos a suceder a Mansur.Otro candidato es Sirajuddin Haqqani, el líder de la Conexión Haqqani -los talibán paquistaníes-, que "jugó un papel clave en la reconciliación de los dos campos, asegurándose una posición prominente en la jerarquía del grupo al ser nombrado segundo al mando del mulá Mansur", según informó TOLONews. Por otro lado, Haqqani cuenta con el apoyo del mulá Yaqoob, uno de los hijos del mulá Omar, y de su hermano, el mulá Abdul Manan, dos de los pocos comandantes talibán que se opusieron abiertamente al nombramiento de Mansur como nuevo líder. De esta manera, Rasool y Haqqani se postularían como los comandantes con más posibilidades para liderar a la organización terrorista. Diversos analistas han asegurado que Haqqani tiene muchas más posibilidades por su presunta conexión tanto con el ejército paquistaní como con el Directorio de Servicio Interno de Inteligencia (ISI), los servicios secretos de Pakistán. Algo que además podría haber sido confirmado por un portavoz de la OTAN en Afganistán, que de manera anónima aseguró a TOLONews que "la Conexión Haqqani ha estado dirigiendo durante los últimos meses el día a día y los ataques de los talibán en territorio afgano". A pesar de que el jefe del Ejecutivo afgano se mostró muy positivo ante la perspectiva de negociar un nuevo proceso de paz, ésta no parece tener ninguna base, ya que tanto Rasool como Haqqani son conocidos por ser mucho más agresivos y violentos que el anterior líder. Además, en el pasado se han opuesto abiertamente al proceso de paz lanzado por Afganistán, Estados Unidos, Pakistán y China. "La muerte de Mansur ha debilitado al grupo y esto podría tener implicaciones positivas para el proceso de paz", afirma el analista político afgano Jawed Kohistani. Sin embargo, los talibán siguen ocupando grandes partes del territorio afgano, y combatiendo y evidenciando la debilidad del ejército de Kabul después de varias y exitosas ofensivas tanto en el sur -centradas en la provincia de Helmand-, como en el norte, donde desde su ataque y breve ocupación de la provincia de Kunduz se han afianzado en nuevas zonas de influencia y control que habían perdido en 2001, después de la invasión de la coalición internacional liderada por los Estados Unidos.
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