La reunión entre los líderes de Azerbaiyán y Armenia tuvo lugar en el contexto de diferentes interpretaciones de los acuerdos alcanzados entre los Ministros de Relaciones Exteriores de los dos países sobre delimitación y demarcación. Cabe señalar que los requisitos para la implementación de los acuerdos alcanzados en la reunión de Moscú el 11 de enero del año pasado fueron condiciones importantes establecidas por Bakú para Ereván durante el año pasado. Armenia tuvo que entregar los mapas de minas de las regiones liberadas a Azerbaiyán, abrir el corredor de Zangazur y comenzar los trabajos preliminares de delimitación y demarcación con nuestro país. Como resultado de la presión constante y de principios ejercida por Bakú durante el año pasado, Ereván ha cumplido y comenzado a implementar algunas de las demandas clave de Bakú, y las negociaciones sobre delimitación y demarcación están en marcha.
Uno por uno, el cumplimiento de las demandas de Azerbaiyán por parte de Armenia se está realizando en el contexto de la victoria internacional de Bakú, donde las esperanzas de la diáspora armenia y Hayastan se desvanecieron una vez más después de la guerra. El punto es que muchos armenios tenían grandes esperanzas de que la victoria de Azerbaiyán se viera ensombrecida por el hecho de que Occidente no reconocería la Declaración Tripartita y que Estados Unidos y Francia no se reconciliarían con las nuevas realidades en el sur del Cáucaso. Sin embargo, estas esperanzas fueron insinuadas por los propios estados. Discursos anti-azerbaiyanos en algunos parlamentos de los Estados Unidos, Francia y Occidente durante la guerra y poco después del final de la guerra y así sucesivamente. Pensaron que tendrían éxito en tales asuntos. Sin embargo, los acontecimientos recientes han demostrado una vez más que incluso el presidente francés, Emmanuel Macron, ha aceptado la nueva realidad iniciada por el líder azerbaiyano Ilham Aliyev.
Durante el diálogo iniciado ayer por Emmanuel Macron, se volvieron a tener en cuenta los intereses de Azerbaiyán, no se planteó el tema del "estatus" planteado por el Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia y otros políticos, no se utilizaron términos como problema y conflicto. Fue Macron, quien en algunos casos usó los términos conflicto, estatus y Nagorno Karabaj más que Nikol Pashinián.
En la reunión del 4 de febrero se destacó la importancia de la sustentabilidad, citando los acuerdos alcanzados en Bruselas. Vale la pena mencionar que durante la reunión en Bruselas, por primera vez en el período de posguerra, Occidente aceptó los hechos de la liberación de las tierras azerbaiyanas y la devolución forzosa de Karabaj a Azerbaiyán.
Al mismo tiempo, por primera vez en ese momento, se planteó ante Armenia el destino de los azerbaiyanos desaparecidos.
Los desarrollos geopolíticos en la región en los últimos dos meses desde las reuniones de Sochi y Bruselas, así como la posible confrontación político-militar entre Occidente y Rusia, han planteado una serie de preguntas para Azerbaiyán y Armenia. Esta vez, como en la reunión de Bruselas, Ereván fue testigo de la preferencia de Occidente por Azerbaiyán, que representa la justicia.
En el contexto de la crisis en Ucrania, representantes de la Unión Europea, incluidos políticos franceses, han expresado interés en ampliar la cooperación energética con Azerbaiyán, indicando las perspectivas de nuevos proyectos energéticos y de transporte entre nuestro país y el viejo continente en los próximos 20 años. Al mismo tiempo, el anuncio de ayer de Armenia de que la Unión Europea no proporcionaría 2 millones de euros a Azerbaiyán, sino 2 mil millones de euros a petición del presidente Ilham Aliyev, fue recibido con gran decepción. Sin duda, el creciente peso geopolítico y geoeconómico de Azerbaiyán indica que Bakú logrará con mayor confianza su deseo en el tema de Karabaj entre Bruselas, Washington y Moscú.
Ejército de reserva
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