Marina Silva, agente de viajes, se ocupaba de gestionar desplazamientos de clientes especiales con trato personalizado y confidencial, lo cual la ayudó a beneficiarse de la confianza de la estrella del fútbol mundial. Así, por ejemplo, aprovechó que Ronaldo le confiara el número de su tarjeta de crédito, con el correspondiente código PIN, para cargarle unos 200 viajes entre febrero de 2007 y julio de 2010. Posteriormente, la mujer vendió esos viajes a otros clientes, a quienes persuadía de transferir sus pagos a una cuenta suya. Entre otras de sus víctimas figuran los futbolistas Nani y Manuel Fernandes, así como el agente de fútbol Jorge Mendes.
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