Embajador cubano en Azerbaiyán : ”Fidel en el corazón de su pueblo”

  11 Agosto 2021    Leído: 567
  Embajador cubano en Azerbaiyán  : ”Fidel en el corazón de su pueblo”

Cuba y diversos países de todo el mundo son escenarios de múltiples homenajes al
líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, al cumplirse este 13 de
agosto el aniversario 95 de su natalicio.
En Cuba la recordación es con alegría, optimismo, compromiso y confianza en su
obra. También se enaltece su legado como forma de perpetuar su ejemplo y
enseñanzas, así como recordar los momentos en que Fidel dejó su huella presencial
y la trascendencia de sus mensajes.

La celebración se extenderá a los sitios de redes sociales en Internet para resaltar la
presencia del legado de Fidel en las nuevas generaciones, así como la continuidad
del proceso revolucionario cubano.
 
En este nuevo aniversario, pongo a la lectura de los amigos azerbaiyanos ”Fidel en
el corazón de su pueblo” ,una breve reseña biográfica de Fidel Castro Ruz y en
idioma azerbaiyano, que ayudara a conocer su vida y obra. (Palabras introductorias
del Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Cuba en la
República de Azerbaiyán, Alfredo Nieves Portuondo).
Fidel Alejandro Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926 en Birán, antigua
provincia cubana de Oriente. Su padre, Ángel Castro Argiz, hijo de campesinos
pobres de Galicia, era terrateniente y colono cañero. Su madre, Lina Ruz González,
provenía de una familia campesina de la provincia de Pinar del Río.
 
Aprendió a leer y escribir en la escuela pública rural de Birán y continuó la
enseñanza primaria en los colegios católicos privados de La Salle y Dolores, en la
ciudad de Santiago de Cuba. Inició los estudios de Bachillerato en el propio
Colegio de Dolores y los concluyó en el Colegio de Belén, de la Compañía de
Jesús, en La Habana, donde se graduó como Bachiller en Letras en junio de 1945.
 
Los jesuitas de Belén dijeron: “Se distinguió siempre en todas las asignaturas
relacionadas con las letras. (...) fue un verdadero atleta (...) Ha sabido ganarse la
admiración y el cariño de todos. Cursará la carrera de Derecho y no dudamos que
llenará con páginas brillantes el libro de su vida. Fidel tiene madera y no faltará el
artista”. 
 
En septiembre de 1945 matriculó en las carreras de Derecho y de Ciencias Sociales
y Derecho Diplomático en la Universidad de La Habana. Allí se vinculó de
inmediato a las luchas políticas en el seno del estudiantado universitario y ocupó

diferentes cargos en la Federación Estudiantil Universitaria. Fue miembro
destacado de diversas organizaciones estudiantiles progresistas y antimperialistas
como el Comité Pro-Independencia de Puerto Rico, el Comité 30 de Septiembre -
del que fue fundador - y el Comité Pro-Democracia Dominicana, en el que ocupó
la presidencia.
 
Como parte de su actividad política en esos años, organizó y participó en
innumerables actos de protesta y denuncia contra la situación política y social en el
país. Más de una vez fue golpeado o encarcelado por las fuerzas represivas.
 
Entre julio y septiembre de 1947, cuando cursaba el tercer año de la carrera, se
enroló en el contingente expedicionario organizado para luchar contra el régimen
del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. La expedición se entrenó en
Cayo Confites. Fue ascendido a teniente, jefe de pelotón, y después a jefe de una
compañía de batallón. La expedición, que se trasladaba en barco, fue interceptada
por una fragata de la Marina cubana. Fidel saltó al agua con su arma para no
dejarse capturar. Consideró una vergüenza que la expedición terminara arrestada
sin luchar.
 
Entró en contacto con las ideas marxistas cuando era ya estudiante universitario.
Simpatizante del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), de tendencia progresista,
participó de manera activa a partir de 1948 en las campañas políticas de ese Partido
y, en particular, de su principal dirigente, Eduardo R. Chibás. Dentro de su
organización política trabajó por cultivar entre la militancia joven las posiciones
más radicales y combativas. Tras la muerte de Chibás, redobló sus esfuerzos para
desenmascarar la corrupción del gobierno de Carlos Prío.
 
Después de su participación en la expedición contra Trujillo, viajó en 1948 a
Venezuela, Panamá y Colombia como dirigente estudiantil, con el objetivo de
organizar un Congreso Latinoamericano de Estudiantes, que debía efectuarse en
ese último país. Se encontraba en Bogotá cuando se produjo la rebelión popular
provocada por el asesinato del líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán, en abril de
ese año. Se incorporó resueltamente a esa lucha. Sobrevivió por puro azar.
 
En marzo de 1949 encabezó una protesta frente a la misión diplomática de Estados
Unidos en La Habana, para expresar la indignación popular ante el irrespeto al
monumento del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, por parte de marines
norteamericanos.
 

Fidel se graduó como Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho
Diplomático en 1950. Desde su bufete, se dedicó fundamentalmente a la defensa
de personas y sectores humildes.
 
Al ocurrir el golpe de Estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, fue de
los primeros en denunciar el carácter reaccionario e ilegítimo del régimen de facto
y llamar a su derrocamiento.
 
Organizó y entrenó a un numeroso contingente de aproximadamente mil
doscientos jóvenes obreros, empleados y estudiantes, que provenían
fundamentalmente de las filas ortodoxas. Con 160 de ellos, el 26 de julio de 1953
comandó el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba y al cuartel de Bayamo,
en una acción concebida como detonante de la lucha armada contra el régimen de
Batista.
 
Al fallar el factor sorpresa, no pudieron alcanzar el objetivo. Fue hecho prisionero
por las fuerzas represivas de la tiranía pocos días después del revés militar y se le
mantuvo incomunicado durante 76 días. Fue sometido posteriormente a juicio y
condenado a 15 años de prisión. En un ambiente reservado y vigilado, asumió su
autodefensa ante el tribunal que lo juzgó, y pronunció el alegato conocido como La
historia me absolverá, en el que esbozó el programa de la futura Revolución en
Cuba.
 
“Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a
luchar por sus derechos. Ejemplos históricos pasados y presentes son incontables.
Está bien reciente el caso de Bolivia, donde los mineros, con cartuchos de
dinamita, derrotaron y aplastaron a los regimientos del ejército regular”, dijo en esa
ocasión.
 
Desde la cárcel prosiguió su labor de denuncia del régimen opresor, al tiempo que
maduró sus planes revolucionarios y profundizó la preparación teórica e ideológica
de sus compañeros.
 
Como resultado de una fuerte presión y campañas populares, fue liberado en mayo
de 1955. En las semanas subsiguientes desplegó un intenso trabajo de agitación y
denuncia, fundó el Movimiento 26 de Julio para proseguir la lucha revolucionaria.
 
En julio de 1955, mostrada la imposibilidad de proseguir la lucha antibatistiana por
medios legales, Fidel partió hacia México para organizar, desde el exilio, la
insurrección armada. En condiciones económicas precarias y sometido a la

estrecha vigilancia y persecución de los agentes batistianos, desplegó una
esforzada labor organizativa y preparatoria, al tiempo que prosiguió una intensa
campaña de difusión de las ideas y propósitos del movimiento insurreccional.
Viajó a los Estados Unidos, donde creó junto a sus compatriotas exiliados “clubes
patrióticos” con el fin de conseguir apoyo político y económico para la lucha
revolucionaria. Estuvo en Filadelfia, Nueva York, Tampa, Union City, Bridgeport
y Miami.
 
Con la divisa: “En 1956 seremos libres o seremos mártires”, Fidel, Raúl, Juan
Manuel Márquez, Juan Almeida Bosque, Ernesto Che Guevara, Camilo
Cienfuegos y otros destacados revolucionarios estuvieron entrenándose con largas
caminatas por las calles de la ciudad de México, escalamiento de montañas,
defensa personal, tácticas de guerrillas y prácticas de tiro.
 
El 20 de junio de 1956, junto al Che y otros combatientes fue detenido. Las “casas
campamentos” quedaron descubiertas y parte importante de las armas resultaron
incautadas.
 
Tras la salida de los establecimientos de la policía mexicana se aceleró la
conspiración revolucionaria. Compraron el yate Granma y desde el Río Tuxpan
zarparon hacia Cuba en la madrugada del 25 de noviembre de 1956, 82
combatientes a bordo, cuya edad promedio era de 27 años.
 
Después de 7 días de navegación, desembarcaron el 2 de diciembre en la playa Las
Coloradas, en la costa sur occidental de la antigua provincia de Oriente. Las
fuerzas batistianas localizaron el desembarco y hostilizaron a los expedicionarios.
El 5 de diciembre, el ejército de la tiranía sorprendió en Alegría de Pío a Fidel y
sus combatientes. Los revolucionarios fueron diezmados, varios cayeron detenidos
durante la persecución y muchos fueron asesinados en el acto.
 
Con la valiosa colaboración de los campesinos, Fidel se encontró con Raúl en un
lugar conocido como Cinco Palmas y reagrupó a la fuerza revolucionaria. Partió
entonces a la Sierra Maestra para continuar desde allí la lucha revolucionaria.
 
El 17 de enero de 1957, dirigió la primera acción armada contra el ejército de
Batista en el cuartel de La Plata y obtuvo su primera victoria. El Ejército Rebelde
comenzó a crecer y fortalecerse.
 
En su condición de Comandante en Jefe, dirigió la acción militar y la lucha
revolucionaria de las fuerzas rebeldes y del Movimiento 26 de Julio durante los 25

meses de guerra. Tuvo bajo su mando directo a la Columna Uno “José Martí” y
participó personalmente en casi todas las operaciones, combates y batallas más
importantes que tuvieron lugar durante la guerra en el territorio del primer frente
rebelde.
 
Tras contundente derrota de las tropas élites de la tiranía, estas, a través de sus
principales jefes, decidieron reconocer la victoria rebelde en el propio teatro de
operaciones de la provincia de Oriente, el 28 de diciembre. Al amanecer del 1ro. de
enero de 1959, Fidel enfrentó, con una huelga general revolucionaria, acatada por
todos los trabajadores, el golpe de Estado en la capital de la República, promovido
por el gobierno de Estados Unidos. Entró victorioso ese mismo día en Santiago de
Cuba y arribó a La Habana el 8 de enero.
 
Al concluir la lucha insurreccional, mantuvo sus funciones como Comandante en
Jefe. El 13 de febrero de 1959 fue nombrado Primer Ministro del gobierno
revolucionario.
 
Dirigió y participó en todas las acciones emprendidas en defensa del país y de la
Revolución en los casos de agresiones militares procedentes del exterior o
actividades de bandas contrarrevolucionarias dentro del país, en especial la derrota
de la invasión organizada por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados
Unidos, llevada a cabo por Playa Girón, en abril de 1961.
 
En nombre del poder revolucionario, proclamó el 16 de abril de 1961 el carácter
socialista de la Revolución Cubana. Condujo al pueblo cubano en los días de la
dramática Crisis de Octubre de 1962.
 
Ocupó el cargo de Secretario General de las Organizaciones Revolucionarias
Integradas y, más adelante, el de Secretario General del Partido Unido de la
Revolución Socialista de Cuba. A partir de la Constitución del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba en octubre de 1965, su cargo fue el de Primer
Secretario y Miembro del Buró Político, en el que fue ratificado por los cinco
congresos del Partido efectuados desde entonces.
 
Fue electo Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en representación
del municipio Santiago de Cuba, en sus sucesivos períodos de sesiones desde la
creación de aquella en 1976. Desde entonces y hasta 2008, ocupó los cargos de
Presidente del Consejo de Estado y Presidente del Consejo de Ministros.
 

Presidió misiones oficiales cubanas en más de 50 países. Recibió más de un
centenar de altas condecoraciones extranjeras y cubanas, así como numerosas
distinciones académicas honorarias de centros de enseñanza superior en Cuba,
América Latina y Europa.
 
Dirigió estratégicamente la participación de cientos de miles de combatientes
cubanos en misiones internacionalistas en Argelia, Siria, Angola, Etiopía y otros
países, e impulsó y organizó el aporte de decenas de miles de médicos, maestros y
técnicos cubanos que han prestado servicios en más de 40 países del Tercer
Mundo, así como la realización de estudios en Cuba por parte de decenas de miles
de estudiantes de esas naciones. Más recientemente, impulsó los programas
integrales de asistencia y colaboración cubana en materia de salud en numerosos
países de África, América Latina y el Caribe, y la creación en Cuba de escuelas
internacionales de Ciencias Médicas, Deporte y Cultura Física entre otras
disciplinas para estudiantes del Tercer Mundo.
 
Promovió a escala mundial la batalla del Tercer Mundo contra el orden económico
internacional vigente, en particular contra la deuda externa, el despilfarro de
recursos como consecuencia de los gastos militares y la globalización neoliberal,
así como los esfuerzos por la unidad e integración de América Latina y el Caribe.
Fue el máximo impulsor del Movimiento de Países no Alineados.
 
Encabezó la acción decidida del pueblo cubano para enfrentar los efectos del
bloqueo económico impuesto a Cuba por los Estados Unidos desde hace más de
sesenta años y las consecuencias en el plano económico del derrumbe de la
comunidad socialista europea, y promovió el esfuerzo tenaz de los cubanos para
superar las graves dificultades resultantes de estos factores, su resistencia durante
el llamado Período Especial y el reinicio del crecimiento y desarrollo económico
del país.
 
Durante casi cincuenta años impulsó y dirigió la lucha del pueblo cubano por la
consolidación del proceso revolucionario, su avance hacia el socialismo, la unidad
de las fuerzas revolucionarias y de todo el pueblo, las transformaciones
económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte,
la cultura y la ciencia, la defensa, el enfrentamiento de las agresiones externas, la
conducción de una activa política exterior de principios, las acciones de solidaridad
con los pueblos que luchan por la independencia y el progreso, y la profundización
de la conciencia revolucionaria, internacionalista y comunista del pueblo.
 

El 31 de julio de 2006 renunció a sus cargos oficiales por problemas de salud. A
partir de entonces, escribió sobre los problemas del mundo contemporáneo en
numerosas reflexiones y artículos publicados en los medios cubanos durante su
etapa de convalecencia. Dedicó ingentes esfuerzos en sus últimos años a proyectos
relacionados con la agricultura y la alimentación humana y animal.  Por su
autoridad moral, influyó en importantes y estratégicas decisiones de la Revolución.
 
La vida de Fidel no puede reducirse a unas pocas líneas. Su vínculo permanente e
indisoluble con el pueblo, su brillante oratoria, su magisterio constante, su entrega
sin límites a la causa de la Revolución han dejado una huella imborrable en el
pueblo cubano y han servido de inspiración para millones de hombres y mujeres de
todos los continentes. Las futuras generaciones de cubanos tendrán en él, como en
Martí, un paradigma y una motivación profunda para dar continuidad a su obra.
Falleció el 25 de noviembre de 2016, en La Habana, Cuba a las 10:29 horas de la
noche, a la edad de 90 años. En cumplimiento de su voluntad, sus restos fueron
cremados. Sus cenizas fueron depositadas en el Cementerio de Santa Ifigenia, en
solemne ceremonia, el 4 de diciembre de 2016.


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